Por Ociel Alí López (desde Caracas)
Luego de 22 años de control político chavista, la gubernatura del estado de Barinas, en el suroeste de Venezuela, conocida como la “cuna de la revolución” -por ser el estado natal del expresidente y líder popular Hugo Chávez- fue conquistada por la oposición venezolana. .con un 15% de ventaja. Las elecciones en Barinas tuvieron que reiniciarse el domingo 9 de enero luego de que el oficialismo impugnara el conteo de votos a fines de noviembre.
Este resultado provocó un cambio de opinión sobre las posibilidades de superar la crisis venezolana a través de elecciones, especialmente entre la oposición al régimen de Maduro. A pesar del júbilo de la oposición, puede haber varias interpretaciones en marcha dentro del chavismo.
Actualmente existe un debate interno entre los distintos líderes y corrientes del chavismo sobre la interpretación de la derrota. La pregunta en el centro de la agenda es cómo pasar los años que restan hasta las elecciones presidenciales de 2024. ¿Debemos endurecer las medidas contra la oposición o aceptar una nueva realidad política que la incluya en el sistema?
Incluso el diputado y secretario general del Partido Comunista de Venezuela, Oscar Figuera, otrora fuerte aliado del chavismo, dijo en Twitter tras la victoria de Sergio Garrido [il est gouverneur de Barinas depuis le 13 janvier 2022; il était candidat de la Mesa de la Unidad Democratia] que las elecciones en Barinas demuestran “que el pueblo está harto y se levanta contra el abuso de poder y el favoritismo desvergonzado”.
El ambiente es tan animado que incluso el líder opositor y autoproclamado presidente Juan Guaidó dijo que el resultado en Barinas “da una lección a todos los venezolanos”. Propuso un referéndum revocatorio [prévu dans la Constitution] contra el presidente Nicolás Maduro, contradiciendo así su obstinado abstencionismo [entre autres à l’occasion des dernières élections]. Así, también contradecía sus demandas de “cese la usurpación” y “gobiernos de transición”. [il demandait des 2019 d’écarter le gouvernement, de mettre en place un gouvernement de transition, etc. ].
Todos los partidos de oposición, radicales o moderados, celebraron esta victoria. Ahora es muy difícil para los radicales justificar su “ausencia” a la hora de votar, como hacían antes pidiendo la abstención. Por otro lado, el Consejo Nacional Electoral entregó rápidamente los resultados y el oficialista Jorge Arreaza [ministre de l’Industrie et de la Production depuis août 2021 et antérieurement ministre des Affaires étrangères de 2017 à 2021, il occupa d’autres ministères antérieurement; il fut même vice-président de la république de 2013 à 2016], admitió la derrota incluso antes de que se anunciaran los resultados oficiales.
Sergio Garrido, el gobernador electo, el primer gobernador no chavista en Barinas en 22 años, prometió poder manejar su victoria. Hasta el momento, varios líderes opositores, tras saborear el sabor de la victoria en las urnas, han desatado una batería de mensajes insurreccionales, apocalípticos e incluso racistas. [face à la base noire et métisse initialement pro-Chavez] que terminaron diluyendo sus victorias. Después de cinco años de excesos “perturbadores”, la oposición acaba de obtener una victoria altamente simbólica que podría impulsarla en una nueva dirección.
¿La debilidad del chavismo?
Esta derrota de un candidato de gobierno no cambia, sin embargo, el mapa político-territorial. El partido gobernante ahora tiene 19 de los 23 gobiernos y 210 de los 335 alcaldes. El resto lo comparten diferentes partidos de oposición, algunos de los cuales están fuertemente divididos entre sí.
Sin embargo, en estas elecciones el chavismo no sólo perdió un baluarte fundamental, sino que mostró las debilidades de su estrategia electoral basada en tres elementos. El primero cuenta con alta abstención; el segundo, sobre una división de la oposición; el tercero en una máquina de propaganda oficial bien engrasada. El domingo 9 de enero la participación en Barinas fue casi un 10 % superior al promedio nacional de noviembre de 2021, y los candidatos opositores que no quisieron sumarse a la boleta opositora institucional, la de la Mesa de la Unidad Democrática, no superaron el 1 % de los votos.
Serán ya casi dos años sin batallas electorales, pero durante los cuales se tratará de implementar grandes movimientos: la renovación interna del chavismo para mantener chances reales en una elección disputada con garantías; y, para la oposición, organizarse de manera unificada y efectuar un cambio de gobierno. Mientras tanto, el proceso de negociación [initié au Mexique et suspendu] parece ser una cosa del pasado y el gobierno está considerando seriamente sus opciones para romper el punto muerto. (Artículo publicado en la web semanal Brecha, 14 de enero de 2022; escritura de traducción Contra)
“Propensa a ataques de apatía. Evangelista de la cerveza. Café incurable. Experto en Internet”.