InvestigaciónEl gobierno utilizó la herramienta de espionaje del Grupo NSO para infiltrarse en los teléfonos de familiares de jóvenes víctimas que exigían rendición de cuentas, así como para espiar a defensores de derechos humanos, abogados o líderes sindicales.
Cristina Bautista no es rica, poderosa ni famosa. Trabaja en una plantación de maíz en un pequeño pueblo en las montañas del estado de Guerrero. El gobierno mexicano, sin embargo, ha seleccionado su número de teléfono para una posible vigilancia, gracias a una de las tecnologías más avanzadas del mundo: el software espía de una empresa israelí, el Grupo NSO, capaz de infiltrarse en su teléfono.
Pegasus, este denunciante muy sofisticado, fue ampliamente utilizado en México por el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien dirigió el país entre 2012 y 2018. NSO afirma haber vendido su software a gobiernos para combatir el crimen organizado y el narcotráfico o el terrorismo.
Pero una encuesta realizada por Forbidden Stories con otros dieciséis editores, incluidos El mundo, revela que en México, Pegasus ha sido ampliamente utilizado contra la oposición política, pero también contra ciudadanos comunes, periodistas, defensores de derechos humanos, abogados, líderes sindicales …
siete años de misterio
Y, por tanto, quizás también contra Cristina Bautista. Solo un análisis técnico preciso de su teléfono puede permitir el descubrimiento de rastros dejados por software espía. Esta mujer es madre de uno de los 43 estudiantes de la Escola Normal Ayotzinapa, quien desapareció el 26 de septiembre de 2014, en el estado de Guerrero, luego de ser detenido por la policía. La tragedia, nunca aclarada hasta hoy, provocó una ola de indignación más allá de las fronteras de México. El gobierno en ese momento continuó dando versiones falsas de este hecho, incluido el señor Peña Nieto insinuando que las familias de las víctimas estaban siendo manipuladas por fuerzas externas para desestabilizar el país.
Cristina Bautista ha luchado durante siete años por conocer la verdad sobre el destino de su hijo de 19 años, Benjamín, quien se convirtió en uno de los “43 de Ayotzinapa”, y a quien se niega a considerar muerto.
En 2017, el New York Times y Citizen Lab, un laboratorio de investigación de la Universidad de Toronto, revelaron que México había utilizado a Pegasus para espiar a los miembros de la Grupo interdisciplinario de expertos independientes, vino a investigar el caso. El “Proyecto Pegasus” muestra que además de MMe Bautista, otros tres familiares de personas desaparecidas estaban en la pantalla del software espía, incluido el portavoz de familias que buscan justicia, Melitón Ortega, tío del joven Mauricio Ortega, quien desapareció a los 19 años.
Pero también los abogados de los familiares, Vidulfo Rosales y Abel Barrera, así como un fiscal, un investigador policial y el procurador general del Estado de Guerrero, Iñaki Blanco Cabrera.
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