AFP, Publicado el sábado 11 de junio de 2022 a las 22:30 horas.
La misión Gaia, cuyo telescopio espacial dibuja un mapa detallado de la Vía Láctea, presenta el lunes una nueva versión rica en información de casi dos mil millones de estrellas cuyo curso sigue y analiza propiedades.
“Es la navaja suiza de la astrofísica. No hay un solo astrónomo que no utilice sus datos, directa o indirectamente”, dijo a la AFP el astrónomo de la Côte d’Observatoire. “Azur, François Mignard, responsable de Gaia para Francia.
La comunidad de astrónomos podrá sacar a partir del lunes, a partir de las 10:00 GMT, el tercer catálogo de datos recopilados por el instrumento. Un cultivo, acompañado de una cincuentena de artículos científicos, que enumeran una serie de objetos celestes.
Desde el más cercano, con más de 150.000 asteroides en nuestro sistema solar, “cuya órbita ha calculado el instrumento con una precisión sin igual”, dice Mignard, hasta nuevas mediciones referentes a más de 1.800 millones de estrellas en la Vía Láctea. Y más allá de esta galaxia: poblaciones de otras galaxias y cuásares distantes.
Lanzado por encargo de la Agencia Espacial Europea (ESA), el telescopio Gaia está operativo desde 2013, estacionado en una posición privilegiada, denominada L2, a un millón y medio de kilómetros de la Tierra, frente al Sol.
– Escanea el cielo –
“Gaia escanea el cielo y captura todo lo que ve”, resume la astrónoma Misha Haywood, del Observatorio Paris-PSL. Detecta y observa una parte muy pequeña (solo el 1%) de las estrellas de nuestra galaxia, cuyo diámetro mide 100.000 años luz.
Pero establece mucho más que un simple mapa. Sus dos telescopios están asociados a un sensor fotográfico de mil millones de píxeles, donde el de una cámara comercial se cuenta por millones. Tres instrumentos de astrometría, fotometría y espectroscopia interpretarán los fotones, señales de luz real, así recuperados.
“Gracias a esto proporciona una observación global de las posiciones de lo que se mueve en el cielo. Esta es la primera vez”, continúa el Sr. Haywood. Antes de Gaia, “teníamos una visión muy limitada de la galaxia”.
¿Antes de Gaia? Fue Hipparcos, el satélite que revolucionó la observación tras su lanzamiento por la ESA en 1997, catalogando más de 110.000 objetos celestes.
Con Gaia, los astrónomos tienen acceso no solo a las posiciones y movimientos de un gran número de estrellas, sino también a mediciones de sus características físicas y químicas y, lo que es igual de importante, a su edad.
Tanta información “que nos informa sobre su evolución pasada y, por tanto, sobre la de la galaxia”, explica la astrónoma Paola di Matteo, colega de Misha Haywood en el Observatorio París-PSL.
– Hallazgos principales –
Esta es también “una de las razones por las que se construyó Gaia”, continúa el astrónomo. “Las estrellas tienen la particularidad de vivir miles de millones de años. Su medida es, por tanto, como la de un fósil que nos habla del estado de la galaxia en el momento de su formación”.
Esta visión general de los movimientos de las estrellas de la Vía Láctea ya ha dado lugar a grandes descubrimientos. Con el segundo catálogo, entregado en 2018, los astrónomos pudieron demostrar que nuestra galaxia se había “fusionado” con otra hace diez mil millones de años.
El catálogo ha dado lugar a miles de artículos científicos desde su primera edición en 2016. La avalancha de datos requiere una cadena de procesamiento terrestre dedicada, la DPAC, utilizando las supercomputadoras de seis centros de TI europeos y la movilización de 450 especialistas, explica François Mignard, quien estaba a cargo.
“Sin este grupo de procesamiento no hay misión”, porque Gaia produce cada día 700 millones de posiciones estelares, 150 millones de medidas de fotometría y 14 millones de espectros. Un torrente de datos sin procesar, que los algoritmos “impulsados por humanos” convierten en mediciones que pueden ser utilizadas por los astrónomos.
Se necesitarán cinco años para entregar este tercer catálogo de observaciones dispersas desde 2014 hasta 2017. Y se necesitará hasta 2030 para obtener la versión final, cuando Gaia terminará de escanear el espacio en 2025.
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