Este es un anuncio que pone fin a más de dos años de cierres de fronteras vinculados a la pandemia. Japón anunció el jueves que reabrirá a turistas de 98 países, incluida Francia, a partir del 10 de junio, pero los viajeros solo podrán ingresar en grupos. Estos países incluyen Francia, Gran Bretaña, España, Estados Unidos, Canadá y Malasia.
Las primeras señales fueron enviadas desde Tokio recientemente. El gobierno anunció la semana pasada que probaría tours en grupos pequeños con turistas de Estados Unidos, Australia, Tailandia y Singapur a partir de mayo.
Todas las llegadas deberán dar negativo antes de viajar a Japón y, en algunos casos, volver a realizar la prueba a la llegada. Las personas con triple vacunación de ciertos países pueden evitar pruebas adicionales, así como un aislamiento de tres días. Los grupos de turistas serán supervisados y deberán asegurarse de que los visitantes extranjeros respeten el uso de máscaras y otras medidas que han mantenido el número de muertos por covid-19 relativamente bajo en Japón.
“Aquí no hay extraños”
Durante la mayor parte de la crisis sanitaria, Japón prohibió la entrada a su territorio a todos los turistas y permitió el regreso solo de ciudadanos japoneses y residentes extranjeros, aunque estos últimos fueron excluidos periódicamente. “Este gobierno es capaz de tomar decisiones radicales de la noche a la mañana, lo que hizo y que perjudicó a un gran número de estudiantes extranjeros”recuerda Aala Kanzali, empresaria y fotógrafa franco-tunecina, que vive en Japón desde 2011.
Antes de la pandemia, Japón dependía cada vez más del turismo para sustentar su economía. En 2019, recibió 31,9 millones de visitantes extranjeros, un nuevo récord, y tenía un objetivo de 40 millones para 2020, el año en que originalmente se programaron los Juegos Olímpicos de Tokio. La pandemia arruinó ese objetivo y los Juegos Olímpicos se celebraron a puerta cerrada en 2021.
Más recientemente, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, había declarado que quería flexibilizar esta política de entrada al territorio, pero la opinión pública se resistía a las inflexiones. Aala Kanzali participó en estos debates: “Recuerdo esos pocos restaurantes que hasta ponían carteles de ‘¡aquí no hay extranjeros!’, porque estábamos asimilados al virus. Fue violento, pero afortunadamente estas prácticas fueron minoritarias. »
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