Este gigantesco agujero negro no representa ningún peligro para la Tierra, porque el fenómeno es lejano, se remonta a la mitad de la edad del Universo.
La NASA acaba de anunciar la observación del Telescopio Espacial Hubble de un agujero negro errante. Con una masa 20 millones de veces mayor que la del Sol, golpea nubes de gas en su camino. Luego, el gas se convierte en un rastro de estrellas en formación, de 200.000 años luz de largo.
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“Lo que vemos en el espacio es como la estela de un barco en el mar. Es una estela detrás del agujero negro donde el gas se enfría y puede formar estrellas”, explica Pieter van Dokkum de la Universidad de Yale. Esto no representa ningún peligro para la Tierra, ya que el fenómeno es distante y se remonta a la mitad de la edad del Universo.
Dos galaxias se habrían fusionado
Este descubrimiento, hecho por casualidad, no tiene precedentes. Abre un nuevo capítulo en las observaciones astronómicas. Según una explicación, dos galaxias se habrían fusionado hace unos cincuenta millones de años, provocando que los agujeros negros supermasivos de sus centros giraran uno alrededor del otro. Una tercera galaxia chocaría, creando un sistema de tres cuerpos inestable y caótico. Uno de los agujeros negros habría sido expulsado a enorme velocidad.
El descubierto por Hubble podría así ir de la Tierra a la Luna en apenas catorce minutos. Los astrofísicos imaginan estos agujeros negros errantes en cantidades potencialmente enormes. El telescopio Nancy-Grace-Roman, cuyo lanzamiento está programado para la próxima década, tendrá la tarea de detectar estos rastros de estrellas, firmas del paso de agujeros negros supersónicos errantes.
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