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Por primera vez en su historia, el Corte Inglés, la mayor marca minorista española, equivalente a BHV y Galeries Lafayette en Francia, anuncia un gran plan social que afecta a una parte importante de sus empleados. Hasta entonces, esta gran empresa era sinónimo de gran seguridad y garantía para sus empleados. Otra víctima de la pandemia.
Con nuestro corresponsal en Madrid, François Musseau
El Corte Inglés se prepara para expulsar entre 3.000 y 3.500 empleados, o alrededor del 4% de su plantilla. Lo cual es considerable para una empresa que nunca ha hecho un plan social en el pasado.
Seguramente los responsables del Corte Inglés explicaron a los sindicatos que muchas de estas personas se jubilarán anticipadamente, que muchas empacarán voluntariamente y que las subvenciones serán ventajosas. Sin embargo, la realidad está ahí.
Incluso el Corte Inglés ya no puede resistir los daños de la pandemia de coronavirus. En otoño, la empresa con presencia en toda España tuvo que cerrar algunos de sus centros. No hace mucho empezó a alquilar parte de sus instalaciones a otras marcas y a ampliar el espacio que dedica a la alimentación, un sector que resiste la crisis sanitaria.
El Corte Inglés también concretó su nueva estrategia para resistir y sacar provecho: desarrollar su sector logístico en un intento por competir con Amazon, el gigante estadounidense del comercio electrónico.
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