El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, firmó decretos el viernes (28 de abril) legalizando seis nuevas reservas para pueblos indígenas, las primeras desde 2018.
Estas reservas garantizan a los pueblos indígenas el uso exclusivo de los recursos naturales. Son considerados por los científicos como un baluarte contra la deforestación, un gran desafío en la lucha contra el calentamiento global. “Es un proceso que lleva tiempo, pero nos aseguraremos de que se legalicen la mayor cantidad posible de reservas indígenas. Si queremos lograr la deforestación cero para 2030, necesitamos reservas indígenas certificadas”dijo Lula.
Ninguna tierra indígena había sido legalizada bajo Jair Bolsonaro (2019-2022), el antecesor de extrema derecha de Lula, que había prometido antes de llegar al poder “no te rindas ni un centímetro más” a los nativos.
Dos de las seis nuevas reservas están ubicadas en la Amazonía. La más grande, denominada Unieuxi y atribuida a 249 pueblos indígenas maku y tukano, abarca más de 550.000 hectáreas en el estado de Amazonas (norte). Otras dos reservas están ubicadas en el noreste del país, una en el sur y otra en el centro.
800.000 indígenas viven en Brasil
El anuncio de este viernes se realizó durante el acto de clausura del XIXEs edición del campamento “Terra Livre”, encuentro anual de miles de indígenas de todo el país en Brasilia, la capital. “Aquellos que digan que estas tierras reservadas para ustedes son muy vastas deben recordar que antes de la llegada de los colonizadores portugueses ustedes ocupaban el 100% del territorio”lanzó Lula, entre aplausos del público asistente.
Según el último censo de 2010, en Brasil viven alrededor de 800.000 indígenas, la mayoría en reservas, que ocupan el 13,75% del territorio. Se han perfilado un total de 764 reservas, pero un tercio de ellas aún no se han aprobado.
La Constitución brasileña de 1988 garantiza a los pueblos indígenas la “derechos originales” acerca de “las tierras que tradicionalmente ocupan”, cuya demarcación es responsabilidad del Estado brasileño. Pero este proceso puede llevar años, bajo el liderazgo de Funai, el organismo público encargado de identificarlos y delimitarlos.
Esta demarcación debe luego ser validada por el Ministerio de Justicia y luego aprobada por decreto presidencial. Una vez realizada la homologación, el acceso de cualquier persona no indígena a estos territorios sólo es posible con autorización de la Funai.
Según un estudio publicado en marzo de 2022 por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la consultora Climate Focus, las áreas de bosques tropicales ocupadas por pueblos indígenas en Brasil, Colombia, México y Perú “captura más del doble de carbono” que otros. Esto se debe en parte a la forma de vida tradicional de los nativos, más respetuosa con el medio ambiente, que mantiene intacta la selva.
“Musicaholic exasperantemente humilde. Amistoso nerd de la cerveza. Aficionado al café. Aficionado a Internet”.