Las autoridades mexicanas anunciaron el lunes que un grupo de trabajo investigará el impacto de las importaciones de maíz genéticamente modificado (GM) en las tortillas del país, un alimento básico nacional generalmente elaborado con harina de maíz, como parte de una disputa comercial con Estados Unidos.
Estados Unidos solicitó consultas comerciales con México luego de que el gobierno mexicano tomó medidas para restringir las importaciones de maíz genéticamente modificado, argumentando que podría contaminar variedades antiguas nativas de México y afectar negativamente la salud humana.
Estados Unidos, que cree que las afirmaciones de México no están fundamentadas científicamente, ha solicitado consultas bajo un capítulo del Tratado Comercial de América del Norte sobre inocuidad de los alimentos, que promueve un enfoque basado en la ciencia para las regulaciones nacionales.
La autoridad sanitaria mexicana, Cofepris, y su consejo científico, Conacyt, anunciaron en un comunicado de prensa la creación del grupo de trabajo, precisando que su misión será evaluar los riesgos asociados al consumo de maíz transgénico.
El país dijo en febrero que prohibiría el maíz transgénico para consumo humano, incluso en tortillas, revirtiendo planes anteriores que también oscurecían el futuro de las importaciones de alimento para ganado, a donde va la gran mayoría del maíz importado.
México produce principalmente maíz blanco, que se usa para hacer tortillas, pero tiene un déficit de maíz amarillo, que se usa para consumo pecuario y aplicaciones industriales.
El país importa alrededor de 17 millones de toneladas de maíz de los Estados Unidos cada año.
Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), las exportaciones anuales del país a México rondaron los $5 mil millones en 2022.
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