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Impresionantes colas en el aeropuerto de Moscú. En los puestos fronterizos, en coche oa pie, miles de rusos han optado pues por el exilio desde el anuncio de una movilización de reservistas por parte de Vladimir Putin al frente ucraniano. Hombres, mujeres, niños, que toman la delantera desde Turquía, Finlandia, pero también desde Georgia.
Más de 20 km de cola el domingo 25 de septiembre para pasar en Georgia. En esos miles de coches, rusos, huyendo de la movilización de reservistas decretada por Vladimir Putin. Aquí están finalmente del lado georgiano, después de dos o tres días de embotellado. Los encontramos en Tbilisi, la capital del país. Nueva cola para obtener una tarjeta SIM y llamar localmente. Maletas en la acera, estos hombres explican que hasta ahora los rusos dejaban pasar a casi todo el mundo, a veces con soborno, hasta 180 euros.
A menudo, estos hombres dicen que aún no han sido convocados por las autoridades militares, pero se van por precaución. “Se pasó de la raya. Lo que nos está ofreciendo el gobierno no me conviene. (…) Claro, no todos se van a movilizar, pero no sabes si te va a caer a ti o a alguien más., dice un ruso. Estos recién llegados rusos no son necesariamente bienvenidos en Georgia. En un grafiti reciente se les invita, con palabras muy groseras, a volver a casa.
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