Solo será un paréntesis largo, ya que tiene la intención de volver a instalarse en Francia en cuanto terminen sus estudios. Pero, sin imaginar un futuro en España, Ilona Le Guen aprovecha, a los diecinueve años, los momentos de libertad que le ofrece este complicado año. Entre los dobles estudios de fisioterapia y Staps en la universidad y el entrenamiento nocturno en el club Gredos San Diego, la agenda de Brestoise está bien llena, aunque el modelo universitario español facilita la adaptación una duplicación del tiempo. En España tenemos clases por la mañana o por la tarde ”.
Universidad por la mañana, piscina por la noche
Cada mañana, Ilona Le Guen entra en la Universidad de Europa de Madrid antes de volver a casa y dedicar sus tardes a entrenar junto a la piscina. “Entrenamos seis veces a la semana, de lunes a viernes de 19 a 22 horas y los sábados de 10 a 12 horas”. Un ritmo constante que el velocista de Brest, que ahora se dedica principalmente a los 50 metros libres, consigue sin grandes dificultades. “Es completamente diferente, mucho menos rígido que en Francia. Y como solo hay velocistas en nuestro grupo, eso me va mucho mejor ”. Y parece dar sus frutos, aunque el año, codiciado, se ha mostrado, deportivamente hablando, bastante complicado.
La pandemia, Ilona Le Guen no escapó a ella. “Conseguí el codiciado, tuve que dejar de nadar durante tres semanas”. Además, entre periodos de encierro y paradas forzadas, la ex campeona de la mínima francesa solo tuvo un mes real de entrenamiento en sus brazos, antes de acercarse a la competición nacional en el recorrido corto. Hice medias de rendimiento en el campeonato de España ”. Por supuesto, dada una preparación particularmente perturbada.
“Primeros tres meses complicados”
Pero además de los brutos resultados deportivos, la aventura española es, más que nunca, positiva. En primer lugar a nivel académico y lingüístico. “Los primeros tres meses fueron complicados, ya que todas las clases se imparten en español. No tengo muchos problemas ahora ”. También a diario. “En el primer año, tuve un traslado en autobús de dos horas para ir a la universidad, hoy estoy a tres minutos en auto”. Esta comodidad le permite disfrutar de la vida en Madrid, incluso si es en Brest, con la familia, que eligió pasar las vacaciones.
“Experto en cerveza. Practicante de twitter de toda la vida. Lector ávido. Organizador. Fanático del tocino. Creador. Típico defensor de la televisión”.