No pedir perdón cuando cometemos un error es una estrategia para mantener intacta nuestra autoestima

Algunos investigadores Sugirieron que experimentar disonancia cognitiva (que contiene pensamientos contradictorios o una cierta falta de coherencia entre actitud y acción) tiene una finalidad adaptativa, ya que nos ayuda a navegar en un mundo incierto y a reducir la ansiedad.

Sin embargo, estas estrategias en las que hacemos encaje de bolillos con nuestras creencias para no dar el brazo a torcer o no aceptar que nos equivocamos, también pueden hacernos inflexibles en nuestras creencias. La aceptación constante y rígida de nuestras creencias puede hacernos incapaces de aceptar los resultados, incluso frente a pruebas abrumadoras.

Narcisismo patológico + disonancia

Existe una clara diferenciación entre narcisismo patológico y narcisismo adaptativo o normal. El narcisista patológico tiene una autoimagen positiva inflada. Cuando se presenta evidencia de lo contrario, que denota derrota o fracaso, es probable que el narcisista patológico experimente disonancia cognitiva.

En un intento por aliviar la incomodidad de esta disonancia, el narcisista redirigir y externalizar la culpa. Esta estrategia de reducción de la disonancia permite que la autoimagen de los narcisistas permanezca intacta.

Finalmente, el acto de no disculparse por el comportamiento de alguien también puede ser una estrategia interesante. UN estudio realizado por investigadores en Australia encontraron que negarse a disculparse después de hacer algo mal permitió al perpetrador mantener intacta su autoestima.

Fenómenos como este son los que alimentan virus mentales, procedimientos que niegan nuestro juicio y permiten, por ejemplo, que el movimiento antivacunas sea tan transversal: porque aunque los que desprecian el calentamiento global tienden a ser de derecha, los de izquierda tienden a desconfíe de los alimentos modificados genéticamente, vacunas, parece que la ideología no importa tanto: Desde hippies hasta conservadores del Tea Party, hay quienes denuncian que las vacunas son malas.

De hecho, de acuerdo con un estudio reciente las personas dependen más de las vacunas cuando gobiernan el partido político con el que simpatizan, independientemente de lo que diga la ciencia. Puedes profundizar en el siguiente video: