Desde el cambio de posición de España sobre la cuestión del Sáhara Occidental, sus relaciones con Argelia se han vuelto tensas. El tratado de amistad que unía a los dos países fue congelado por Argelia y las transacciones comerciales también se vieron afectadas. Como parte de la Unión Europea, España ha intentado involucrar a este bloque en el conflicto. Este intento resultó ineficaz porque incluso con la intervención de la UE, Argelia mantuvo su posición.
De hecho, el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, pidió apaciguamiento durante su visita a Argelia. “Encontrar una solución a todo esto es de nuestro interés común”, dijo. Sin embargo, esta llamada quedó sin respuesta desde Argelia. La crisis está por lo tanto sumida.
Sobre el estado actual de las relaciones entre España y Argelia, ha declarado al diario Intissar Fakir, investigador sénior del Middle East Institute. al monitor “Si bien España y la UE están comprometidas a superar esta tensión, la UE tiene poca influencia sobre Argelia”. Agregó que “Marruecos se está volviendo cada vez más exigente en términos de apoyo al Sáhara Occidental, y Argelia está decidida a cortar ese apoyo. Y la UE está atrapada en el medio”.
Por su parte, Alissa Pavia, directora asociada para el Norte de África en el Atlantic Council, dijo que la Unión Europea solo puede ejercer presión sobre Argelia a través del petróleo y el gas. Sin embargo, en este momento, la UE necesita la energía argelina. Los recursos de Argelia le otorgan “una posición increíblemente fuerte con respecto a Europa, una posición que es poco probable que el país quiera abandonar y que ayuda a Argelia a aprovechar su historial en el Sáhara Occidental”.
Además, las pérdidas de España por el bloqueo argelino no harán que ceda, según Alissa Pavía. Dice que la principal motivación de España para seguir apoyando a Marruecos es la migración. España “preferiría tolerar una pérdida diaria de 4,4 millones de euros que arriesgarse a enojar a Marruecos con el tema del Sáhara Occidental y desencadenar una nueva ola de migrantes que cruzan sus fronteras”, dijo. Es por todo ello que España no puede dar marcha atrás, explica Intissar Fakir, subrayando que “esto correría el riesgo de dañar las relaciones con Marruecos, que son más amplias que las relaciones con Argelia: miles de millones en comercio, cooperación avanzada en materia de seguridad y, sobre todo, apoyo a la migración”.
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