Coronado “Campeón de la Tierra” en 2019 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, canta turismo responsable, ocupa el séptimo lugar entre los países más ecológicos del mundo según El Índice de Futuro Verde de la prestigiosa Revisión de tecnología del MIT, ¿Costa Rica está perdiendo su llama verde? Los anuncios del nuevo presidente electo dejan lugar a dudas sobre los futuros compromisos ecológicos de este país centroamericano, poblado por alrededor de 5 millones de habitantes.
El presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, dijo este martes que su gobierno no ratificará el Acuerdo de Escazú, el primer tratado ambiental de América Latina y el Caribe adoptado en 2018 tras negociaciones en la ciudad costarricense. .
Acuerdo considerado “preocupante” para la economía
“El sector privado debe asegurarse de que el acuerdo de Escazú no esté en la agenda del gobierno”, dijo el Sr. Chaves durante una conferencia de prensa. “No creo que beneficie al país, todo lo que está previsto en el acuerdo de Escazú ya está previsto en nuestra legislación”, aseguró el presidente electo cuya toma de posesión está prevista para el 8 de mayo.
El señor. Chaves, ex ejecutivo del Banco Mundial durante casi 30 años, dijo “inquietante” que en un momento en que la economía del país necesita reactivarse, el acuerdo podría “retraso indebido y posiblemente arbitrario” proyectos de inversión
Debido a la pandemia, Costa Rica experimentó una recesión en 2020, con un crecimiento negativo de 4,1%. La recuperación económica fue fuerte al año siguiente, con un crecimiento del PIB del 7,4%. El Banco Mundial explica esta recuperación por “Una fuerte recuperación en la manufactura, particularmente en equipos médicos, y una recuperación gradual en los servicios y la agricultura elevaron el PIB por encima de los niveles previos a la crisis.
Fuerte caída del PIB durante la pandemia
Para el año 2022, las tendencias de recuperación económica que menciona el nuevo presidente de Costa Rica son corroboradas por el Banco Mundial. Según la entidad financiera, el crecimiento debería llegar al 3,4% en 2022 y converger gradualmente al 3,2% en el mediano plazo. Se espera que los servicios, especialmente el turismo, proporcionen un mayor impulso a la recuperación en 2022-2023.
El acuerdo de Escazú, que el presidente electo no quiere ratificar, firmado en 2018 en esta ciudad al suroeste de San José, fue impulsado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPALC), organismo regional de las Naciones Unidas.
Este acuerdo fue el primero en el mundo en introducir disposiciones específicas para proteger los derechos de los defensores ambientales, blanco de numerosos asesinatos en América Latina. Garantiza la protección del medio ambiente y la salud de las personas, especialmente de los pueblos indígenas, promueve la participación ciudadana, el acceso a la información y la justicia en materia ambiental.
un acuerdo histórico
Durante su implementación, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, declaró que la entrada en vigor de este acuerdo “nos da esperanza e inspiración y allana el camino para una regulación sostenible y resiliente” para frenar el cambio climático, el colapso de la biodiversidad y la contaminación ambiental. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo que “Frente a los daños e injusticias ambientales, instrumentos jurídicos como el Acuerdo de Escazú son fundamentales para responsabilizar a los Estados y defender los derechos y la salud de las personas y del planeta”.
También permite que las personas y comunidades sean informadas y escuchadas en los procesos de toma de decisiones que afectan sus vidas y territorios. Adoptada por 24 países de la región, incluido Brasil, fue promulgada en abril de 2021 luego de ser ratificada por 12 de ellos (Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Granadinas, Santa Lucía y Uruguay).
Carbono neutralidad en 2050
El ex presidente del país, carlos alvarado, había presentado en 2019 las ambiciones del país en su carrera hacia la neutralidad en carbono. “Nuestro país es pequeño, pero es audaz” dijo en una entrevista con Tiempos financieros. Para este país centroamericano, el objetivo es reducir al máximo estas emisiones de CO2 y compensar todas las emisiones restantes para lograr la neutralidad en 2050.
El país centroamericano ya puede contar con una matriz energética basada principalmente en energías limpias. La mayor parte de la energía de Costa Rica proviene de fuentes renovables. Más del 99% de la energía en Costa Rica se generó a partir de fuentes renovables en 2019. Según el Centro Nacional de Control de Energía del país, Costa Rica utiliza más del 98% de energía renovable desde 2014. La mayor parte de esta energía, el 67,5%, proviene de la hidroelectricidad. Además, la energía eólica genera el 17%, las fuentes geotérmicas el 13,5% y la biomasa y paneles solares el 0,84%. El 1,16% restante procede de plantas de emergencia.
Una economía centrada en el desarrollo sostenible
El éxito de la política energética del país -que produce más de lo que consume y ofrece una cobertura casi universal a su población- se basa, sobre todo, en la pagos por servicios ambientales (PSA). Costa Rica lo creó en la década de 1990 como parte de las políticas de protección implementadas para combatir la deforestación. A través de este programa, los propietarios de tierras reciben pagos directos por servicios ecológicos cuando adoptan técnicas que no impactan negativamente el medio ambiente y mantienen la calidad de vida.
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