Una investigación de cuatro años por parte de la policía española acaba de culminar con la detención de 26 personas por el desvío de casi 26 millones de metros cúbicos de agua a través de 250 pozos ilegales ubicados cerca de Málaga (España).
Un amplio barrido. Una investigación de cuatro años por parte de la policía española condujo a la detención de 26 personas el lunes 8 de mayo por el desvío de casi 26 millones de metros cúbicos de agua cerca de Málaga, según supimos el jueves.
Todavía abierta, la investigación, comandada por el Seprona de la Guardia Civil (policía medioambiental), sigue apuntando a una cuarentena de sospechosos. Sin embargo, permitió la detención el lunes de 26 personas que extraían agua ilegalmente de 250 pozos ilegales en la comarca agrícola de la Axarquía, cerca de Málaga. Estos últimos fueron puestos a disposición policial por “presuntos delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente” y “usurpación de aguas públicas”.
Los 26 millones de metros cúbicos de agua se desviaron para regar cientos de hectáreas de frutas tropicales, incluidos mangos y aguacates. El coste total de los daños causados al dominio público hidráulico español se estimó en más de 10 millones de euros según Franciainfo.
2 mil millones contra la sequía
Al término de un consejo de ministros extraordinario dedicado a la lucha contra la sequía, el Gobierno español también anunció este jueves un conjunto de medidas por un valor total de 2.190 millones de euros.
En concreto, se gastarán 1.400 millones de euros en la construcción de nuevas infraestructuras para hacer frente a la escasez de agua, incluidas plantas desaladoras de agua de mar o sistemas para aumentar la reutilización de aguas residuales. Los 784 millones de euros restantes se destinarán a ayudas a ganaderos, de los cuales casi la mitad del importe se destinará a ayudar a criadores y productores de leche.
“España es un país acostumbrado a afrontar periodos de sequía, pero debido al cambio climático tenemos una incidencia mucho mayor de episodios cada vez más frecuentes e intensos”, ha dicho la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en rueda de prensa.
En España, el nivel de los embalses del país, que almacenan agua de lluvia para su uso en los meses más secos, descendió hasta el 48,9% de su capacidad en la primera semana de mayo.
Afectada ya por un año 2022 extremadamente seco, España registró este año el mes de abril más caluroso y seco desde 1961, fecha de inicio de las estadísticas que registra la Agencia Nacional de Meteorología (Aemet).
Debido a la falta de agua, muchos agricultores españoles abandonaron las siembras de primavera, especialmente de cereales y oleaginosas. Una decisión que podría tener como efecto una explosión de precios de los productos en cuestión y escasez de alimentos en los próximos meses.
Según Coag, el principal sindicato de agricultores, el 60% de las tierras de cultivo en España están actualmente “asfixiadas” por la falta de lluvias.
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