Por la tarde, en Asís, Francisco celebró la misa y firmó su tercera encíclica, agradeciendo al final el trabajo realizado por la Sección Primera de la Secretaría de Estado en la preparación del documento.
Debora Donnini – Ciudad del Vaticano
Es un lugar pequeño, un lugar de reclusión, pero visitado cada año por miles de personas de todo el mundo. En la cripta de la Basílica inferior, el Papa Francisco celebra la Misa y al final, sobre la tumba del Pobre de Asís, firma su tercera encíclica, “Fratelli tutti”, dedicada a la fraternidad y la amistad social, valores esenciales para restaurar la esperanza y el impulso por una humanidad herida incluso por la pandemia de Covid-19. Una encíclica que lleva el nombre de las palabras de San Francisco y que se presentará mañana.
El Papa no pronunció la homilía. Es la oración, el silencio, la sencillez lo que marcan esta visita que, a petición del Papa por la situación de salud, se realiza sin participación de los fieles, siguiendo las palabras de la liturgia dedicada a San Francisco, en vísperas de la Fiesta de Poverello. Inmediatamente antes de la firma, el Papa quiso agradecer a la Sección Primera del Secretario de Estado que trabajó en la redacción y traducción de la Encíclica.
El Papa Francisco había llegado a primera hora de la tarde al Sagrado Convento, adyacente a la Basílica que desde 1230 guarda los restos del santo de Umbría cuyo nombre lleva. Para darle la bienvenida estuvo el guardián del Sagrado Convento de Asís, el padre Mauro Gambetti. A la celebración eucarística también asistieron veinte frailes, algunos religiosos, junto con el obispo de la diócesis, Domenico Sorrentino, y el cardenal Agostino Vallini, legado pontificio para las basílicas de San Francisco y Santa María de los Ángeles en Asís. Esta es la cuarta vez que el Papa Francisco viene a Asís.
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