AFP, Publicado el miércoles, 30 de marzo de 2022 a las 20:02
El Telescopio Espacial Hubble ha detectado la estrella más distante jamás observada: llamada Earendel, su luz viajó 12.900 millones de años para llegar hasta nosotros.
Compitiendo con las estrellas más grandes conocidas, los científicos estiman que su masa es al menos 50 veces la de nuestro Sol y millones de veces más brillante.
La estrella que tiene el récord anterior también fue observada por Hubble en 2018. Pero esta última existió en un universo que tenía 4.000 millones de años, en comparación con los 900 millones de años después del Big Bang para Eärendel, según los investigadores.
El descubrimiento fue publicado el miércoles en la prestigiosa revista científica Nature.
“Al principio, casi no lo creíamos”, dijo en un comunicado el autor principal, Brian Welch, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, EE. UU.
Fue él quien tuvo el privilegio de nombrar esta estrella: Earendel significa “estrella de la mañana” en inglés antiguo.
La estrella “ha existido durante tanto tiempo que es posible que no esté hecha de las mismas materias primas que las estrellas que nos rodean hoy”, explicó el investigador.
“Estudiar a Eärendel proporcionará una ventana a un período del Universo con el que no estamos familiarizados, pero que condujo a todo lo que conocemos hoy”, agregó.
Por lo tanto, esta estrella será un objetivo principal para el nuevo telescopio espacial James Webb, que actualmente se está calibrando en el espacio. James Webb observará esta nueva estrella este año, dijo en un comunicado de prensa la Agencia Espacial Europea (ESA), que opera el telescopio con la NASA.
Así como el ruido de un objeto que se aleja se amortigua, la onda de luz se extiende gradualmente y pasa de la frecuencia visible a simple vista a la del infrarrojo.
A diferencia del Hubble, que solo tiene una pequeña capacidad de infrarrojos, James Webb solo operará en estas longitudes de onda, lo que nos permitirá ir aún más atrás.
Hasta ahora, solo se podían observar grupos de estrellas a esta distancia, sin poder distinguir una estrella en particular.
Pero Eärendel tenía una ayuda cósmica: un fenómeno llamado lente gravitacional. Un cúmulo de galaxias, ubicado entre nosotros y la estrella, actúa como una lupa, amplificando la luz del objeto.
La ESA compara este efecto con las ondas en la superficie del agua, que cuando hace buen tiempo pueden crear haces de luz amplificados en el fondo de una piscina.
Se espera que esta rara alineación dure años, según los astrónomos.
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