Las imágenes subidas por James Webb se suceden y es difícil cansarse de ellas porque son magníficas. el telescopio espacio publicó el martes fotos de la Nebulosa de la Tarántula, una región del cosmos donde estrellas nacen a un ritmo frenético, lo que permitirá una comprensión científica más profunda de la formación estelar.
Apodada así por la forma de sus nubes de gas y polvo, esta nebulosa se encuentra “sólo” a 161.000 años luz de distancia, explica el NASA. Es la región de formación estelar más grande y brillante de todo el grupo de galaxias cercanas a la nuestra, y alberga las estrellas más calientes y masivas conocidas.
estrellas reveladas
Si bien esta nebulosa ha sido durante mucho tiempo un objetivo elegido por los científicos que estudian el proceso de formación de estrellas, estas imágenes revelan nuevos detalles, incluidas miles de estrellas jóvenes hasta ahora invisibles a los ojos de los telescopios anteriores. Se utilizaron varios instrumentos científicos a bordo de James Webb para capturar imágenes de la nebulosa en diferentes longitudes de onda.
En el centro de la imagen tomada por el instrumento NIRCam, que opera en el infrarrojo cercano, hay un grupo de estrellas azules jóvenes muy brillantes. Otro instrumento, NIRSpec, le permitió distinguir una estrella que acababa de emerger de su columna de polvo, mientras mantenía una nube a su alrededor, una fase de su formación que no podría haberse observado sin las increíbles habilidades de James Webb. Los investigadores pensaron previamente que esta estrella era en realidad más vieja y en una etapa más avanzada.
De vuelta a un cosmos “joven”
“Las regiones de formación de estrellas dentro de nuestra Vía Láctea no producen estrellas a la misma velocidad vertiginosa que la Nebulosa de la Tarántula y tienen composiciones químicas diferentes”, dijo la NASA. Por lo tanto, su propia composición química es de gran interés para los investigadores porque es similar a las regiones donde se formaron las estrellas cuando el cosmos tenía solo unos pocos miles de millones de años, cuando la creación de estrellas era más importante.
Lanzado al espacio el pasado diciembre y en pleno funcionamiento desde hace solo unos meses, el telescopio James Webb realiza sus observaciones a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Según la agencia espacial estadounidense, esta pieza de ingeniería “apenas comienza a reescribir la historia de la creación estelar”.
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