Ucrania cambió de opinión sobre la histórica votación en la que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU se negó a discutir los abusos de los que se acusa a Beijing en su provincia de Xinjiang, pasando de una abstención a una “sí“. Este cambio de opinión -anunciado el viernes del día siguiente a la votación- se hará constar en el informe final de la 51ª sesión del Consejo, pero no puede, bajo ninguna circunstancia, de conformidad con las normas de la ONU, alterar la votación.
Una estrecha mayoría de los 47 estados miembros del Consejo rechazó el jueves una propuesta de varios países occidentales, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido, para celebrar un debate sobre la Región Autónoma Uygur de Xinjiang en el noroeste de China.
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Kyiv, a la que Occidente aporta un importante apoyo para luchar contra el invasor ruso, causó sorpresa el jueves al abstenerse. Hablando el viernes durante las explicaciones de voto, la embajadora de Ucrania, Yevheniia Filipenko, anunció la reversión de su país.
“Solicitamos que conste en el expediente nuestra posición a favor de la adopción de la decisióncon respecto a Xinjiang, dijo. Como Presidente del Consejo, el Embajador argentino Federico Villegas respondió: “Tomo nota de tu declaración“.
“Según lo solicitado, el registro oficial de la sesión reflejará su declaración. Sin embargo, de acuerdo con las reglas y prácticas, el resultado de la votación (…) permanecerá como se anunció ayer.“, Él explicó.
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Era la primera vez en la historia del máximo órgano de derechos humanos de la ONU, creado en 2006, que un texto apuntaba a China. El proyecto de decisión fue rechazado por 19 países, incluidos muchos países africanos. 17 estuvieron a favor y 11 se abstuvieron, incluida Ucrania, pero también Brasil, Argentina y México.
Pekín también ha recibido apoyo de sus aliados tradicionales como Cuba y Venezuela, pero también de países musulmanes como Pakistán e Indonesia.
Durante varios años, China ha sido acusada -con evidencia física y documentos de respaldo- por países occidentales y organizaciones de derechos humanos de haber encerrado a más de un millón de uigures y otros miembros de minorías predominantemente musulmanas, incluidos los kazajos, en campamentos en Xinjiang. Beijing ha rechazado con vehemencia estas acusaciones y acusó a la ONU de convertirse en “el sirviente y cómplice de los Estados Unidos y Occidente“.
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