Investigadores estadounidenses hicieron un descubrimiento peligroso hace unos años y estudiaron las posibles consecuencias.
Las predicciones son preocupantes: terrible terremoto que provocará varios tsunamis devastadores. Y la primera señal de este riesgo apocalíptico estaría en un descubrimiento hecho por casualidad hace unos años.
Investigadores estadounidenses de la Universidad de Washington publicaron recientemente los resultados de su trabajo en avances en la ciencia después de hacer un extraño descubrimiento. El líquido caliente fluye hacia el Océano Pacífico en la falla de Cascadia, que se extiende desde Vancouver hasta California.
“Inaudito” en una falla peligrosa
Por lo tanto, este fenómeno se ubica al nivel de dos placas tectónicas. El cambio más pequeño puede dar lugar a terremotos dramáticos.
Durante las observaciones del fondo del océano, uno de los coautores del estudio, Brendan Philip, entonces estudiante universitario, notó que se escapaban burbujas. No tenía idea de su importancia.
“Lo que vieron no fueron solo burbujas de metano, sino agua que salía del lecho marino como una manguera contra incendios. Es algo que nunca había visto y, que yo sepa, nunca antes había visto”, dice uno de los otros investigadores, Evan Solomon. un geólogo de aguas profundas.
9°C más caliente que el agua
Pensando en un respiradero hidrotermal, los científicos deciden mirar más de cerca. Y se dan cuenta de que lo que sale del fondo del océano es en realidad un líquido 9 °C más caliente que la temperatura del agua.
Los investigadores estiman el origen de este fluido a 4 kilómetros por debajo del fondo del océano, donde la temperatura ronda los 150-250°C, según informa el Declaración de la Universidad de Washington.
¿Para qué se utiliza este líquido?
Este líquido está básicamente contenido entre las dos placas tectónicas. Sirve como lubricante. Llamado “Oasis de Pythie”, esta reserva de agua permite que las placas se deslicen suavemente. Pero si se escapa, este fluido perderá su eficacia. Y las dos placas ya no se deslizarán.
Cuando las placas rocen entre sí, la presión será tal que, según los investigadores, desencadenará un terrible terremoto seguido de enormes tsunamis cuyas olas pueden alcanzar los 30 metros de altura.
Este riesgo se suma a los ya identificados en una de las zonas sísmicas más densamente pobladas del mundo, donde ya tememos este terremoto que se denomina, en Los Ángeles y San Francisco, “The Big One”.
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