El Premio Nobel de Medicina se otorgó a un investigador sueco a quien debemos la descripción, por primera vez, del ADN del hombre de Neandertal, inventando así la paleogenómica. Al día siguiente, el Premio Nobel de Física fue otorgado a tres investigadores (incluido uno francés), por sus experimentos sobre entrelazamiento cuántico y teletransportación, allanando el camino para la criptografía y la computación cuántica (copio lo que leí, eh).
Pregunto donde no es de mi incumbencia, pero en mi opinión, todos estos tipos se beneficiarían, por el bien de la humanidad, trabajando juntos. Por un lado, la búsqueda de los orígenes del lado neandertal. Por otro, adéntrate en la ciencia ficción con entrelazamiento cuántico, teletransportación, computación y encriptación. Mezclando todo esto, el pasado y el futuro, agitando bien las probetas y mirando lo que sucede, quizás finalmente puedan dar una respuesta definitiva a la eterna triple pregunta que no deja de atormentarnos: ¿Quiénes somos? ¿De dónde vinimos? A dónde vamos ?
Ciertamente, el gran filósofo Pierre Dac ha avanzado considerablemente el schmilblick al ofrecer su propia respuesta: “Personalmente, en lo que a mí respecta, soy yo, vengo de casa y voy a volver. » Pero debe ser posible, gracias a los hechizos de la ciencia, ir un poco más allá. ¿Qué cuesta probar?
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