El objetivo es nombrar variantes “fácil de pronunciar y recordar”, pero también evitar “Estigmatizar “a los países donde fueron identificados”, explica la Organización Mundial de la Salud.
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B.1.617, B.1.1.7, B.1.351 … Mantener los nombres científicos de las variantes del coronavirus puede convertirse en un rompecabezas. Pero la Organización Mundial de la Salud quiere simplificar las cosas dándoles también nuevos nombres con letras griegas. La idea es tener nombres “fácil de pronunciar y recordar”, pero también evitar “estigmatizar” los países donde se pueden identificar las variantes, explica la OMS en una declaración (en ingles) publicado el lunes 31 de mayo.
Así, la variante B.1.1.7, identificada en el Reino Unido, también se denomina Alfa. B.1.351, descubierto por primera vez en Sudáfrica, se convierte en Beta, la variante P.1, detectada en Brasil, Gamma. La OMS dio dos nombres diferentes para los diferentes subrayados de la variante B.1.617, que devastó la India y se extendió a docenas de países: B.1.617.2 se convierte en Delta y B.1.617.1 se convierte en Kappa.
Los nombres científicos seguirán existiendo porque proporcionan datos útiles para los especialistas, pero la OMS ya no los utilizará en su comunicación diaria. En particular, la organización está animando a las autoridades nacionales y a los medios de comunicación a adoptar los nuevos nombres.
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