La semana pasada, la exitosa serie “Drive to Survive” detrás de escena de la Fórmula 1 estuvo disponible en Netflix. Pero, como el actual campeón mundial Max Verstappen, algunos critican un guión llevado demasiado lejos.
Su opinión no ha cambiado. Por lo contrario. Esta temporada, como en la anterior, Max Verstappen buscará escapar a toda costa de las cámaras y los largos postes de los equipos de Netflix. Mientras la Fórmula 1 vuelve a salir este fin de semana para conquistar a su audiencia, con el Gran Premio de Bahrein como punto de partida, el actual campeón del mundo ha decidido una vez más boicotear la exitosa serie “Drive To Survive”. French), cuya cuarta temporada ya está disponible.
En caso de que aparezca en pantalla, gracias a las imágenes puestas a disposición por los organizadores de la F1, el holandés no concede ninguna entrevista a la plataforma de streaming. Sus motivaciones son simples: el espectáculo que retrata el backstage del paddock, mostrando el detrás de escena y alimentándose de las diferentes intrigas entre los equipos, sería demasiado guionizado a sus ojos. No fiel a la realidad, con tendencia a exagerar ciertas tensiones para agradar siempre al público.
“Entiendo que esto debe hacerse para estimular la popularidad de la F1 en Estados Unidos”, explicó en octubre en una entrevista con Associated Press. Pero por mi parte, como piloto, no me gustan, inventaron rivalidades que en realidad no existen. Así que decidí no ser parte de eso. Realmente no me gusta el drama, solo quiero hechos y cosas reales”. Expresó esto a principios de marzo, antes del comienzo de esta nueva temporada de F1: “Creo que ya se arruinó después de la primera temporada. Soy un tipo con los pies en la tierra y solo quiero hechos y no exagerar”. Incluso prometió revisarlo para… “ver cuán exagerado es”.
Al igual que Verstappen, el carismático jefe de Mercedes, Toto Wolff, ampliamente promocionado por Netflix, tiene poco gusto por este ultraguión, y mucho menos visible durante la primera temporada lanzada en línea en 2019. “Da miedo ver cómo no los dejamos entrar. . Odias verte allí. Tuercen la narrativa, montan escenas que no sucedieron”, dijo recientemente.
Ocon: “Lo que vemos no siempre es la realidad, pero…”
Como aclara: “Pero creamos entretenimiento, y es una nueva dimensión del entretenimiento. La F1 se ha vuelto muy importante, con nuevas audiencias, audiencias más jóvenes”. El dos veces campeón del mundo Fernando Alonso tampoco es un gran fanático de “Drive To Survive”, a quien le regalaron su propio documental sobre su competidor Amazon Prime Video. “Para mí, el gran problema de esta serie es la falta de naturalidad de los pilotos y sus equipos”, explicó el asturiano en 2020 en una entrevista. 20 minutos. Tenemos la impresión de ver entrevistas clásicas frente a la cámara, como vemos todos los fines de semana de F1 en el paddock. Los pilotos no van muy lejos, repiten lo que suelen decir en las entrevistas sin revelar lo que realmente sienten”. Su compañero de equipo en Alpine, Esteban Ocon, no tiene problemas en reconocer que a Netflix le gusta tomarse algunas libertades en la edición. “Es un programa americano. Lo que vemos no siempre es la realidad, muchas escenas se posponen de un Gran Premio a otro”, confió este jueves en el espectáculo del supermoscato en el RCM.
Su visión general de la serie, sin embargo, es muy positiva: “Es genial que Netflix esté abriendo la perspectiva de la F1 al público en general. Puede que me haya ayudado a volver. Es algo bueno que Netflix nos anuncie”.
El mismo entusiasmo por parte de Pierre Gasly. “Es una exposición mundial muy loca”, observó este mes el piloto normando AlphaTauri al micrófono de la Francia azul. Nos trajo millones y millones de fans. Puedo sentirlo todos los días, con personas que me dicen que comenzaron a ver el programa en Netflix, les interesó mucho y ahora también siguen las carreras. Es lindo ver quién se esconde detrás del casco, ver que no somos solo pilotos, sino también humanos.” Esto es también lo que aprecian los fanáticos de la serie, mientras que otros lamentan la pérdida de credibilidad, sacrificada en el altar del programa.
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