Este miércoles 17 de agosto, un informe final de las autoridades argelinas registra al menos 26 muertos y varias decenas de heridos en incendios que afectan al norte del país.
Un final trágico. Desde principios de agosto, Argelia es asolada por violentos incendios que azotan el norte del país. Actualmente, 14 departamentos se encuentran afectados, para una cifra cuantificada de al menos 26 muertos y varias decenas de heridos.
“Veintiséis personas murieron: dos en Setif (este) y 24 en El Tarf (este)”, dijo Kamel Beldjoud, ministro del Interior de Argelia, en un discurso televisado.
Muchas personas sufrieron quemaduras graves y dificultad para respirar a causa del humo. No fue posible establecer un número más preciso de heridos.
350 familias abandonaron sus hogares
Protección Civil se vio obligada a cerrar varias carreteras debido a la incendios. “Treinta y nueve incendios en 14 wilayas (ayuntamientos) están en curso”, explica, precisando que la wilaya de El Tarf, situada en la frontera con Túnez, concentra el mayor número de incendios con 16 incendios aún sin controlar.
Varios incendios se produjeron en Argelia, en el bosque adyacente al hospital Youssef Yalawy, en la localidad de Ain Azal (Sétif)
Otro incendio en Ain al-Sabt (Setif) mató a dos personas e hirió a dos. pic.twitter.com/CExUegiq1f
— Ifriqiya (@tunisialphanews) 17 de agosto de 2022
En redes sociales impactantes imágenes montan un incendio incontrolable por los fuertes vientos que azotan la región.
Según varios medios locales, 350 familias tuvieron que abandonar sus casas. Helicópteros bombarderos de agua volaron a través de tres prefecturas para tratar de contener estos incendios.
Según un recuento oficial, se han producido 106 incendios desde principios de agosto en Argelia. 800 hectáreas de bosque y 1.800 hectáreas de monte bajo quedaron reducidas a cenizas. “Algunos de estos incendios son causados”, dijo el ministro Kamel Beldjoud.
Argelia apenas se está recuperando de su devastador verano 2021. De hecho, 90 personas perdieron la vida en incendios forestales en el norte del país, donde 100.000 hectáreas de monte bajo fueron arrasadas por las llamas.
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