En México, la falta de respeto por la herencia maya puede ser muy costosa. Aunque está terminantemente prohibido subir los escalones de la pirámide de Kukulcán, un turista español ingresó ilegalmente al monumento catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Al entrar al templo en el sitio arqueológico, provocó la ira de los espectadores. Abucheado, rociado con agua e incluso golpeado, una vez caído, el infractor fue expulsado del recinto.
La Pirámide de Kukulcán, también llamada El Castillo, es un templo precolombino construido a partir del siglo VI en la ciudad maya de Chichén Itzá. El sitio fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988 y fue votado el 7 de julio de 2007 como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.
Desde 2008, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) instaló un cordón de seguridad alrededor del edificio sagrado y prohibió su ascenso. Los infractores se exponen a multas que van desde los 50.000 pesos mexicanos (unos 2.500 euros) hasta los 100.000 pesos (5.000 euros), dependiendo del daño causado a la estructura. Tras el crimen, la turista española y su acompañante fueron detenidos por la policía local y se inició un proceso de verbalización en su contra.
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