En un camino polvoriento en Arizona, una camioneta se detiene y se lleva una gran caja de metal. En la frontera entre Estados Unidos y México, un muro de contenedores, instalado por decenas de millones de dólares hace apenas unos meses, estaba siendo desmantelado este fin de semana.
En los meses previos al final de su mandato, el gobernador republicano de Arizona, en el suroeste de Estados Unidos, había ordenado colocar una gigantesca línea de contenedores en la frontera con México, con el fin, según él, de frenar la inmigración ilegal.
Pero después de ser demandado por el estado federal por colocar los contenedores en terrenos federales en el Bosque Nacional Coronado, el gobernador Greg Ducey, reemplazado por la demócrata Katie Hobbs, acordó retirarlos en diciembre.
“No creo que el gobernador Ducey pensara que era una buena idea”, dijo a la AFP Debbie McGuire, una ex residente de Arizona que vino a ver las operaciones de desmantelamiento.
“Es absurdo poner contenedores que nunca podrían mantener a la gente afuera”, dice ella. “Es ridículo y una completa pérdida del dinero de los contribuyentes”.
La construcción del muro del contenedor comenzó a mediados de 2022 y rápidamente se enfrentó a una poderosa honda. Los críticos dicen que la asamblea no es más que una maniobra política cínica que daña el medio ambiente y no tiene impacto en la cantidad de cruces fronterizos ilegales.
– Relieve agudo –
Según ellos, el muro de contenedores, que se extiende por casi siete kilómetros en terrenos federales, invade una importante área de preservación ambiental.
El terreno también es tan empinado que, dicen, los traficantes de migrantes nunca usaron esta área.
En la práctica, los contenedores eran inadecuados para evitar que los migrantes los cruzaran: su forma rígida hacía que no siempre estuvieran alineados según el terreno, dejando huecos entre las cajas.
“Es una farsa y una pérdida de dinero público”, dijo Bill Wilson, un residente de la ciudad cercana que vino a ver el desmantelamiento de la pared del contenedor el viernes.
El septuagenario también denuncia “una estrategia política”.
Arizona comparte casi 600 kilómetros de frontera con México, pasando por áreas protegidas, parques nacionales, zonas militares y reservas de nativos americanos.
La llegada de inmigrantes ilegales de países de América del Sur y Central es un tema recurrente en los ataques republicanos contra Joe Biden, quien ha prometido aumentar las deportaciones inmediatas.
En noviembre se reportaron más de 230.000 arrestos en la frontera sur de Estados Unidos, un nivel récord.
Hasta la llegada a la Casa Blanca en 2017 de Donald Trump -quien había hecho campaña con el lema “Construyamos el muro”- realmente no había una barrera física entre Arizona y México.
Grandes tramos de la frontera ahora tienen una barandilla que se eleva en lugares de hasta nueve metros de altura.
En el Bosque Nacional Coronado, al que solo se puede acceder por pequeños caminos de tierra, la frontera estaba demarcada antes de que llegaran los contenedores solo con una cerca de alambre de púas.
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