El conflicto social sacude el comercio marítimo en el Océano Pacífico. Dos de los puertos más importantes de Estados Unidos, Los Ángeles y Long Beach, California, están paralizados desde el viernes a causa de un movimiento social iniciado la víspera, que interrumpió el tráfico de contenedores por falta de mano de obra en las construcciones.
El sindicato de estibadores organizó “una acción concertada para impedir el trabajo” en los dos sitios, explicó en un comunicado la Asociación Marítima del Pacífico, una organización que representa a los transportistas de contenedores. Esto “resultó en el cierre efectivo de los puertos de Los Ángeles y Long Beach, la mayor puerta de entrada para el comercio marítimo a los Estados Unidos”.
Salarios y robotización en el centro de las tensiones
“La mayoría de los puestos de anoche no se cubrieron, incluidos todos los trabajos de manejo de materiales necesarios para cargar y descargar mercancías”, dijo el comunicado. Desde hace casi un año se llevan a cabo negociaciones entre este grupo de industriales y el sindicato en cuestión, el International Longshore and Warehouse Union (ILWU), para llegar a un nuevo convenio colectivo que abarque a los miles de trabajadores de los dos puertos.
El anterior expiró el 1 de julio y las discusiones entre empresarios y trabajadores chocan con el tema de los salarios y la robotización del trabajo. Juntos, los puertos de Los Ángeles y Long Beach manejan aproximadamente 20 millones de contenedores de carga al año, con un valor de más de $300 mil millones.
Caída en el tráfico de contenedores
La perspectiva de disturbios sociales ha provocado que el tráfico de contenedores en California disminuya en los últimos meses: los clientes están optando cautelosamente por enviar sus mercancías a través de la costa este o el Golfo de México para evitar posibles bloqueos.
“Estas acciones socavan la confianza en los puertos de la Costa Oeste”, advirtió la Asociación Marítima del Pacífico. En un comunicado de prensa, el gremio aseguró que sus asociados “se mantienen voluntarios y aptos para el trabajo”. Este Viernes Santo, solo “los sindicalistas que observan las fiestas religiosas aprovecharon la oportunidad para celebrarlas con sus familias”, dijo la ILWU.
Durante la pandemia, los puertos de todo el mundo se han congestionado a medida que aumenta la demanda de bienes de capital por parte de los consumidores limitados. Según los economistas, este problema persistió y contribuyó a la inflación que se apoderó del mundo después de la epidemia de Covid-19, ya que los consumidores demandan productos que no llegan con la suficiente rapidez.
Lea también nuestro archivo: Desglobalización, neoglobalización… ¿qué globalización para el mañana?
(Con AFP)
“Propensa a ataques de apatía. Evangelista de la cerveza. Café incurable. Experto en Internet”.