Las compensaciones de carbono de las empresas de combustibles fósiles son objeto de debate en CTXT, ya que cada vez más gigantes del petróleo y el gas están utilizando estos créditos para afirmar que son neutrales en carbono. Sin embargo, un informe de Shell revela que en 2030 se compensarán 1,5 millones de toneladas de CO2 en todo el mundo, por un valor de entre 10.000 y 40.000 millones de dólares. A pesar de esto, cuatro estudios de casos revelan que estas compensaciones violan los derechos de los pueblos indígenas a través del despojo de tierras, la violencia y la pérdida de recursos naturales.
Se ha descubierto que los proyectos REDD+, que venden créditos de carbono en el mercado voluntario, suelen estar sujetos a acuerdos financieros opacos y sus bases de referencia son infladas, lo que no aporta reducciones adicionales de CO2. Además, investigaciones han revelado que el 94% de las compensaciones certificadas por Verra, uno de los certificadores de créditos de carbono, no tienen valor real.
Otro aspecto preocupante es que los intermediarios de créditos de carbono se llevan una parte importante de las ventas, creando un conflicto de intereses. Por otra parte, las comunidades locales no reciben suficientes beneficios económicos de estas compensaciones y se ven afectadas en sus necesidades básicas y tradiciones. Además, no se respeta el derecho al consentimiento libre, previo e informado de las comunidades indígenas, y los procesos de consentimiento libre son insuficientes.
Ante esta situación, es necesario oponerse a los mercados voluntarios de carbono y exigir a las empresas de combustibles fósiles que paguen una deuda climática y ecológica a las comunidades locales, en lugar de utilizar compensaciones de carbono que no están generando los beneficios prometidos y están causando daños a los pueblos indígenas y territoriales.
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