Con nuestro corresponsal en Madrid, François Musseau
Lo que la izquierda radical no quiso imaginar, lo imaginaron los socialistas. Es decir, accediendo a la derecha conservadora a votar por una reforma de la ley sobre el consentimiento sexual. Esta ley, la llamamos aquí la ley del “Sí, es”. Fue una victoria para Unidas Podemos, un texto en vigor desde noviembre que situaba el consentimiento sexual en el centro de la ley.
El problema es que esta misma ley tuvo efectos no deseados, concretamente 721 remisiones y 74 excarcelaciones para agresores sexuales. Para la izquierda radical, los jueces tienen la culpa. Pero para los socialistas que se preocupan, escandaliza a la opinión pública y los pone en mala posición en este año electoral, elecciones municipales en mayo y elecciones generales en diciembre. De ahí que el poder socialista hiciera una alianza con la derecha para revertir esta ley y, en adelante, evitar la remisión de penas y excarcelaciones.
Los ataques mutuos están causando estragos dentro de la coalición, y algunos incluso temen una implosión. Sin embargo, los líderes de ambos partidos dicen que las relaciones ciertamente están dañadas, pero que no quieren una ruptura que signifique la caída del gobierno.
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