INVESTIGACIÓN – Desde la aparición de Covid, el “Mariscal” decretó el draconiano cierre de su país de 24 millones de habitantes, más que nunca una caja negra aislada del mundo. Ordenó que se abriera fuego contra cualquiera que intentara entrar o salir del país.
De nuestro corresponsal en Asia
La escena parece surgir de un improbable “Lucky Luke en la tierra de los soviéticos”. Envueltos en sus anoraks, detrás de una montaña de maletas multicolores, las figuras acurrucadas en la parte trasera de una plataforma de madera ruedan dolorosamente sobre un ferrocarril oxidado a través del interior helado de Corea del Norte, empujadas con la fuerza de su muñeca. Es por esta forma incongruente que esta familia de diplomáticos rusos destacados en Pyongyang abandonó el “reino ermitaño” en febrero para incorporarse al país, por falta de alternativas, en medio de una pandemia. Desde el inicio de Covid, Kim Jong-un ha ordenado el cierre draconiano de su país a 24 millones de personas., más que nunca una caja negra aislada del mundo y arrebatada por las privaciones. El “Líder Supremo” de Corea del Norte ordenó abrir fuego contra cualquiera que cruce la frontera, por temor a importar a su país, que no tiene infraestructura de saneamiento, el misterioso virus que ataca indiscriminadamente a los pobres.
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