Decenas de manifestaciones fueron organizadas el sábado en Cataluña por separatistas para conmemorar el referéndum de secesión ilegal del 1 de octubre de 2017, uno de los puntos álgidos del movimiento que pide la secesión con España.
El evento principal tuvo lugar en Barcelona (noreste), donde miles de personas se dieron cita en la Place de l’Arc de Triomphe.
Al acto asistieron algunos actores de este fallido intento de secesión, como el entonces presidente catalán, Carles Puigdemont, ahora refugiado en Bélgica para escapar de la justicia española, que intervino por vídeo.
“Hoy no es un acto de nostalgia. Que aquellos que (…) nos piden que no nos involucremos abandonen toda esperanza“, advirtió el Sr. Puigdemont, describiendo el referéndum como “un momento fundacional“por la independencia.
“Memoria colectiva”
El actual presidente autonómico, Pere Aragonès, pronunció un discurso televisado en el que declaró que el 1 de octubre de 2017 se quedaría “un día histórico que forma parte de la memoria colectiva“.
en realidad es un “gran victoria“, aseguró el Sr. Aragonès, prometiendo que “Cataluña volverá a votar“un día en tu independencia.
El referéndum convocado por los independentistas ese día desafió la prohibición de los tribunales españoles, en una jornada tensa marcada por numerosas intervenciones policiales para intentar frenarla.
Los resultados, que nunca se han verificado de forma independiente, dieron lugar a una breve declaración unilateral de independencia tres semanas después.
41% a favor de la independencia, 52% en contra
Luego, el gobierno central despidió a sus líderes, quienes terminaron en prisión o prófugos.
Según la última encuesta del Centro de Estudos de Opinión, un organismo público regional, actualmente el 52% de los catalanes se opone a la independencia, frente al 41% que está a favor, lejos del 49% de partidarios alcanzado en octubre de 2017.
Esta conmemoración llega en un momento de fragilidad y división en el campo de la independencia, principalmente entre los dos partidos que forman la coalición gobernante en la región, y que se encuentran inmersos en una nueva crisis que podría llevar a la disolución de su alianza de gobierno luego de seis años • ejercicio del poder regional.
La Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), cuyo líder es el presidente Aragonès, es partidaria de negociar con Madrid, mientras que Juntos pela Catalunya considera esta estrategia una pérdida de tiempo y aboga por la confrontación.
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