La noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de una escuela normal de Ayotzinapa, en el sureño estado de Guerrero, desaparecieron en Iguala. Allí intentaron “requisar” autobuses para manifestarse en la Ciudad de México.
soldados involucrados
Según la versión oficial, los jóvenes fueron detenidos por policías locales en connivencia con la pandilla Guerreros Unidos, baleados y quemados en un basurero por razones que aún no están claras. Solo tres víctimas han sido identificadas.
El señor. Beristain dijo que un documento del personal de la Secretaría de la Defensa de México instruyó “dar una respuesta concertada entre los diferentes sectores de la institución”. Según él, testigos explicaron que los documentos de inteligencia fueron trasladados a otros lugares para ocultarlos, y estos testigos le informaron al presidente, Andrés Manuel López Obrador.
La abogada colombiana Angela Buitrago, también integrante del grupo de expertos, dijo que el GIEI, organismo creado en 2015 por un acuerdo entre el gobierno mexicano y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha “renovado” elementos de investigación para que el fiscal pueda “reactivar” las órdenes de captura contra una veintena de militares involucrados. Esas órdenes fueron rescindidas en septiembre.
policía y fiscal
Y entre los emitidos en agosto contra 83 sospechosos, varios siguen pendientes, especialmente cuando tienen como objetivo a funcionarios públicos en funciones, recordó la Sra. Buitrago.
El 22 de marzo, las autoridades mexicanas anunciaron el arresto de nueve policías de Guerrero sospechosos de estar involucrados en el crimen. En enero, Estados Unidos extraditó a un ex policía también implicado.
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