A medida que el número de migrantes disminuyó a nivel mundial en 2021, se espera que las remesas a sus países de origen experimenten un aumento dramático del 7.3% este año, a $ 589 mil millones (€ 520 mil millones). Los migrantes de países pobres envían tres veces más dinero que toda la asistencia oficial para el desarrollo que gastan los países ricos de todo el mundo. El Banco Mundial, que publica estos números el miércoles 16 de noviembre, señala que “Importancia” como baluarte contra la crisis económica que afecta actualmente a los países de ingresos bajos y medianos.
La institución con sede en Washington incluso insta a los gobiernos a “Facilite estas transferencias” para apoyar la recuperación global y por qué están “Un salvavidas vital para el gasto familiar en alimentación, salud y educación en tiempos de dificultades económicas”. El aumento se atribuye a dos causas principales: primero, la vigorosa recuperación económica en los países anfitriones, Estados Unidos y Europa, ayudada por importantes planes de apoyo; y las necesidades de las familias de los países pobres, que se vieron muy afectados por la pandemia de Covid-19.
Los flujos de efectivo aumentaron un 21,6% en América Latina y el Caribe, principalmente en los países que recibieron migrantes en tránsito hacia Estados Unidos en los últimos meses, notablemente en México, lo que sugiere que parte de las sumas se utilizó para pagar a los traficantes. La otra hipótesis es la llegada masiva de teletrabajadores estadounidenses a estos países durante el encierro, lo que habría dado lugar a importantes transferencias de dinero.
“Proceso obstaculizado”
Los aumentos son más específicos para ciertas regiones, como los países del Golfo y Rusia, cuyas economías se están beneficiando del aumento de los precios del petróleo, o países en crisis, como el Líbano o Yemen. En el resto del mundo, el aumento está entre el 5% y el 10%, excepto en Asia Oriental (sin China) donde debería aumentar solo un 1,4%.
Se espera que las transferencias sigan creciendo en 2022, pero a un ritmo más lento debido al fin de los planes de estímulo fiscal
Los migrantes van a trabajar al extranjero a pesar de los costos exorbitantes. En promedio, un bangladesí paga a los agentes en Arabia Saudita el equivalente a veinte meses de su salario para encontrar trabajo. También les resulta más difícil encontrar trabajo. El Banco Mundial señala que “La caída en el número de trabajadores extranjeros en los países del Golfo” es un “Tendencia subyacente inquietante desde el punto de vista [des] países de bajos y medianos ingresos”.
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