Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores y de Europa de España desde el segundo gobierno de Sánchez en 2020, tiene un ambicioso programa para definir la política exterior de su país. Economista, especialista en relaciones internacionales – dirigió el Centro de Comercio Internacional (ITC) durante 15 años en Ginebra – la responsable de la diplomacia española no es partidaria del seguimiento.
- Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores, Europeos y de Cooperación de España
Llegado al poder en junio de 2018 gracias a una moción de censura al gabinete de Rajoy, el socialdemócrata Pedro Sánchez fue confirmado en su cargo en las elecciones generales de noviembre de 2019. Cuando se formó su segundo gobierno, el cargo de ministro de Asuntos Exteriores, Europeo Asuntos y Asuntos de Cooperación fueron encomendados a Arancha González Laya, que sucedió a Josep Borrell, nombrado Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Común.
El nuevo ministro, sin etiqueta política, tiene un currículum halagador. Polyglot, maestra en derecho europeo, abogada, ocupó cargos directivos en la Comisión de Bruselas en el sector del comercio internacional con Pascal Lamy, quien la nombró Jefa de Gabinete cuando fue nombrada jefa de la OMC.
Reposicionando España en Europa y el mundo
Desde que asumió el cargo, la Sra. González Laya comenzó a definir una Estrategia de Acción Exterior para el período 2021-2024, con el objetivo de “reposicionar a España en la UE y en el mundo”. Este ejercicio, fruto de una amplia consulta con instituciones, comunidades autónomas, mundo empresarial, sociedad civil e institutos de investigación, dio como resultado un denso documento que fue validado el 26 de enero de 2021 por el gobierno y enviado al Parlamento para su aprobación.
Este artículo analiza el componente europeo de este proyecto.
En materia europea, vista como una “extensión de la política interior”, España quiere ser ofensiva, al igual que su ministro de Asuntos Exteriores, que, cuando asumió el cargo en enero de 2020, envía un mensaje inequívoco: “A En un momento en que el Europa se encoge con la salida del Reino Unido y ante la dilación franco-alemana hay que poder formar alianzas con otros socios para avanzar en el marco del proyecto común ”. Añadirá que es hora de acabar con la “eurobeatitud” de las últimas décadas y pasar a la Realpolitik.
Repensar libremente las alianzas bilaterales
Para el ministro, esto implica abandonar el tradicional “seguimiento” en relación al eje franco-alemán. España permaneció a la sombra de esta pareja durante mucho tiempo, para gran disgusto de la prensa española y, sin duda, de la Moncloa. En una versión provisional del texto de El País, el eje franco-alemán también se veía tendiente a convertirse cada vez más en un eje “germano-alemán”.
La versión final del Plan de Acción Estratégico está más pulida y pulida: España estará junto a Berlín y París para acciones de apoyo a la integración europea, pero al mismo tiempo practicará una política de alianzas bilaterales de geometría variable. . Esto se puede hacer, por ejemplo, mediante la cooperación con Italia en materia de inmigración, o con los países del Bloque Višegrad en términos de fondos estructurales y de cohesión, un recurso vital para España. Además, habrá que “revitalizar” el papel de las cumbres bilaterales que España ha establecido con Portugal, Francia, Italia, Alemania y Polonia. Este formato se puede extender a Rumanía.
Esta nueva dirección se puso rápidamente en práctica. España, que se opone a la competencia económica cambia a Italia por el tercer puesto del podio europeo, ahora busca estrechar sus lazos con este país.
Desarrollar la votación por mayoría para hacer que la Unión sea más activa
Lo más sorprendente es el calentamiento de las relaciones con Holanda, que hasta entonces había sido hostil con España y los países del “Club Med”, que dio lugar a una propuesta conjunta de Pedro Sánchez y Mark Rutte el pasado mes de marzo sobre el fortalecimiento de la autonomía estratégica. de la UE después de la pandemia.
Cabe señalar que entre los 13 puntos del texto hay una ampliación de las materias en las que las decisiones comunitarias se toman por mayoría cualificada “siempre que sea posible y deseable” para limitar “los ámbitos en los que la unanimidad impide la capacidad de actuación. Acción sindical Europea ”. Si así fuera en materia fiscal, tema sobre el que los holandeses tienen mucho cuidado, se produciría un triunfo sin precedentes de la“ nueva ”diplomacia española.
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