¿La crisis sanitaria ha apretado tanto las emociones que hoy las soltamos? Una cosa es cierta: desde septiembre, en teatros grandes y pequeños, nunca compartimos y escuchamos tantos aplausos y gritos de alegría frente a piezas coreográficas. El domingo 13 de febrero, repetidos aplausos y ovaciones de pie recibieron al Cascanueces imaginado por la artista española Blanca Li, que cerró el 30y edición del festival Suresnes Cités Danse.
Hay que decir que este reputado evento de la escena hip-hop y contemporánea, dirigido desde su creación por Olivier Meyer, director del Teatro Jean-Vilar, consiguió reunir a un público muy numeroso, partiendo a por todas las experiencias sin renunciar al placer. . ingenuo al descubrimiento. En obertura de hip hop, el 7 de enero, un desfile festivo firmado por Bouside Ait Atmane y Saido Lehlouh, en asfalto capitulo 2, viaje burlesco de Pierre Rigal, pasando Ojos cerrados…, Un excelente trabajo de Mickaël Le Mer, la edición de 2022 sacudió a la multitud. Durante cinco semanas, las 26 representaciones de 17 espectáculos, incluidas seis creaciones, reunieron a 12 500 espectadores para este icónico evento de Hauts-de-Seine y recuperaron la tasa de asistencia de 2019.
Mostrar montado sobre resortes
Al acercarse a este best-seller del repertorio clásico, exhibido regularmente en las fiestas de Nochevieja, especialmente en los países anglosajones, Blanca Li eligió el mapa del entretenimiento en la tierra de los juguetes. Un simpático guiño al ballet y al hip-hop, su alegre versión caricaturesca de Cascanueces destaca sobre un fondo de decoraciones diseñadas en colores ácidos. En una hora y cuarto, el espectáculo montado sobre resortes recorre el libreto inicial del montaje creado en 1892 por el coreógrafo Marius Petipa (1818-1910) a partir de un cuento fantástico de la escritora alemana ETA Hoffmann (1776 -1822). Con ocho artistas en plató, el cuento navideño gira en torno al árbol de Navidad iluminado y al famoso cascanueces, el soldado de madera que le regalaron a la joven Clara. La adolescente se queda dormida y sueña con un apuesto príncipe como su cascanueces que la salva de sus peores pesadillas y la lleva por todo el mundo.
Blanca Li reemplaza los balcones de la danza urbana en el lugar de su vértigo: esa
virtuosismo y esfuerzo físico extremo
La banda sonora entreteje hábilmente fragmentos de la obra maestra de Tchaikovsky con fragmentos de rap, salsa y otros sonidos maravillosos, bajo la dirección musical de Tao Gutiérrez. Si se reduce el perfil aerodinámico, se conservan las secuencias clave, incluida la famosa vals de las flores que Walt Disney remezcló con éxito en Fantasía (1940), así como la cancioncita con sonidos metálicos escrita especialmente por Tchaikovsky para este extraño instrumento que es la celesta. En cuanto al lado joven y ligero del ballet mecánico recién salido de la caja de juguetes, aquí encaja a la perfección con el hip-hop, su vertiente robótica y segmentada de la que el cascanueces, impecablemente interpretado por Daniel “Sifer” Delgado Hernández, aquí va se convierte en el abanderado.
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