Aparecen en lagos helados, elevados por un delgado pedestal de hielo, en perfecto equilibrio. Las “piedras Zen” no son obra de un escultor jocoso, sino un fenómeno natural raro e inexplicable … ¡hasta hoy!
Dos físicos, Nicolas Taberlet, de la Universidad de Lyon, y Nicolas Plihon, del CNRS, acaban de modelar y reproducir esta singularidad en el laboratorio por primera vez. “El secreto es la sublimación del helado bajo el efecto de la energía solar en un ambiente muy seco “, revela Nicolas Taberlet. La energía de la luz ambiental permite que el agua pase directamente de un estado congelado a un estado gaseoso. Excepto que la sombra de la piedra limita la intensidad de esa energía justo debajo de ella.
A medida que la sublimación baja gradualmente el nivel del lago congelado, el hielo que sostiene las rocas se conserva, formando un pedestal cada vez más largo y delgado … que finalmente se rompe. En el lago Baikal, el fenómeno dura aproximadamente un mes. El equipo lo reprodujo en el laboratorio, colocando un disco de metal en hielo a -40 ° C, todo empaquetado en una caja que garantiza la deshidratación. La energía luminosa y la baja presión aumentaron la tasa de sublimación y aceleraron la excavación de hielo. Y digamos que aumentó, esta vez en solo 28 horas. ¡Como una piedra de laboratorio Zen!
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