Desde 2009, los principales expertos se han reunido cada dos años en la Conferencia de Defensa Planetaria para una simulación de aproximación de un asteroide.
En tiempo real les decimos identificación de un objeto cercano a la Tierra, con el objetivo de determinar su trayectoria, su tamaño, el posible lugar de impacto y qué hacer. Para Patrick Michel, director de investigación del CNRS en el laboratorio Côte d’Azur, “El problema, como en la pandemia que atravesamos, es tener un discurso científico y coherente, establecer umbrales de alerta y saber qué hacer”. Los objetos por encima de 140 m son especialmente monitoreados, en particular por el sistema Sentry-II de la NASA. Por tanto, el proyecto DART pretende probar un protocolo de deflexión de asteroides con un diámetro de 160 m (Dimorphos, luna de Didymos) enviando una sonda para golpearlo, mientras que un pequeño satélite CubeSat (LICIACube) filmará durante 100 segundos después del impacto. Patrick Michel, responsable científico de la misión Hera, precisa que “La ESA enviará una sonda en 2024 para medir durante seis meses las consecuencias que tendrá el impacto en el asteroide. Gracias a DART y Hera, tendremos así una experiencia de impacto totalmente documentada, que nos permitirá validar nuestros modelos o revisarlos. ellos para hacerlos más confiables”.
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