Antiestrés, revitalizantes, adelgazantes… los franceses consumen cada vez más complementos alimenticios. Según el 3er Estudio Nacional Individual de Consumo de Alimentos (INCa) realizado en 2014-2015, el 22% de los adultos consume complementos alimenticios y el 14% de los niños. Sin embargo, la Agencia Nacional de Seguridad y Salud Alimentaria, Ambiental y Ocupacional (ANSES) nos recuerda que en ausencia de patología, una dieta variada y equilibrada es suficiente para cubrir nuestras necesidades nutricionales.
En la población general, las deficiencias nutricionales son muy raras y solo afectan a la vitamina D. Sin embargo, las deficiencias pueden afectar a ciertos grupos de población, como las mujeres embarazadas (a las que se les puede recetar ácido fólico o yodo), los niños y los ancianos. Las dietas también causan déficits. Así, el veganismo priva al organismo de la vitamina B12 presente en los alimentos de origen animal, que interviene en la síntesis de determinados ácidos grasos y aminoácidos, así como en la maduración de los glóbulos rojos. Pero en caso de sobredosis, los suplementos dietéticos provocan efectos secundarios indeseables. Un exceso de vitamina C es perjudicial para los riñones, mientras que un exceso de vitaminas B6 y B12 puede, a la larga, crear neuropatías. Por eso, ANSES recomienda consultar a un profesional de la salud antes de usar estos suplementos.
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