Él Peso mexicano fue la moneda que perdió más valor frente a dólar esta semana, ante el pánico en los mercados por nuevas restricciones para contener la COVID-19 y expectativas de que el estímulo económico se pospondrá en Estados Unidos.
Luego de venderse hasta 23 pesos la mañana del jueves, el dólar terminó vendiéndose este viernes a 22,75 unidades en los escaparates de CitiBanamex, una recuperación de 1.23 pesos respecto al cierre de la semana pasada.
En las operaciones mayoristas, el tipo de cambio culminó en 22.34 pesos, una devaluación acumulada de 5.7% o 1.20 unidades, siendo la moneda mexicana la más perdedora de la semana, luego de borrar todas las ganancias que sumó en relación al dólar en el último mes y medio.
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Le siguió la corona noruega, con una pérdida semanal del 5%; el rand sudafricano, con -4,8%; es el Peso colombiano, con -4%, según datos de Bloomberg.
“El peso fue la moneda más devaluada de la semana, ya que se había apreciado rápidamente desde agosto, sin que esto se deba a los fundamentos macroeconómicos”, dijo. Gabriela Siller, economista jefe de Banco base.
La última vez que el peso enfrentó una semana tan difícil fue en la primera semana de abril, señaló.
El dólar se apreció frente a casi todas las monedas, con nerviosismo en torno al Covid-19, debido a que en algunos países se siguió registrando un mayor número de casos diarios, el mayor incremento diario desde el inicio. pandemia en caso de Reino Unido y FranciaSiller explicó.
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Estas dos naciones también han anunciado que endurecerán distanciamiento social con horarios de apertura reducidos para restaurantes y bares, restricción del número de personas en reuniones sociales y multas más altas para quienes no usan máscara.
Desde su punto de vista, el mercado también ha comenzado a desconocer la posibilidad de una recesión más, particularmente en Estados Unidos, donde se generó la expectativa de que la negociación y aprobación de una nueva ronda de incentivos fiscales, principalmente por las recientes tensiones entre republicanos y demócratas antes de las elecciones del 3 de noviembre.
La necesidad de una nueva ronda de estímulos se hace más evidente con el reciente cambio de posición de algunos miembros de la Reserva Federalcomo el presidente Jerome Powell y los presidentes de las oficinas regionales, quienes señalaron a lo largo de la semana que la recesión podría prolongarse si el Congreso deja de aprobar el apoyo fiscal, dijo el economista de base.
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