Uno de ellos así se observó 3 de abril sobre el oeste de los Estados Unidos mientras la atmósfera ardía. era parte de un grupo de 21 satélites lanzado el 27 de febrero. Un número desconocido no tenía, en las últimas noticiaslogró alcanzar la órbita planeada, según el astrofísico Jonathan McDowell, quien sigue los pasos los lanzamientos de esta constelación de satélites. Y uno de los 21, el visto el 3 de abril, fue enviado en una trayectoria descendente para desintegrarse en la atmósfera.
Al menos otros 14 son destinado a sufrir el mismo destino pronto, aunque algunos se encuentran entre los 3912 que se pusieron en órbita anteriormente. Porque el proyecto Starlink de SpaceX, que tiene como objetivo brindar cobertura de Internet a los cuatro rincones del mundo, de hecho ha lanzado una cantidad sin precedentes de satélites hasta el momento, y la lista total de los autorizados hasta ahora por las autoridades estadounidenses llega a 7500.
Dicho esto, un número inusualmente alto ya ha descendido a la Tierra: de los 3.912, 305 se han quemado en la atmósfera. En febrero de 2022, no menos de 40 no lograron entrar en órbita debido a una erupción solar.
El grupo de 21 lanzado en febrero constituye el primer grupo de la segunda generación de satélites Starlink, denominados V2Mini: son más grandes (peso estimado de 800 kilos frente a 300) y debería ser más potente que sus antecesores, pero los verdaderos representantes de esta segunda generación, que debería lanzarse a finales de este año o en 2024, serán aún más grandes (2000 kilos).
En un escueto tuit del 22 de marzo, Elon Musk reconoció que el nuevo grupo estaba “encontrándose con ciertos problemas” que podrían obligar a varios de ellos a ser “desorbitados”, es decir, sacados de órbita.
Quienes llevan años preocupados por la contaminación del espacio, el creciente número de naves espaciales en órbita que corren el riesgo de provocar colisiones, tienen motivos para estar preocupados cuando miran la evolución del proyecto Starlink: con más de 3600 satélites todavía allá arriba, ya representa, por sí mismo, más de la mitad de todos los satélites activos que giran a nuestro alrededor. Sus altos números también están comenzando a impactar en la astronomía, ya que cada uno de ellos es una gran pieza de metal que refleja los rayos del sol.
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