Todavía no se sabe si esta experiencia abre puertas a tratamientos, pero en un futuro inmediato, investigadores especializados en microbios están tratando de comprender cómo este ecosistema microscópico contribuye, o no, al crecimiento tumoral. Y si ayuda, qué tipo de contraataque sería más efectivo.
En 2020, un equipo israelí había identificado colonias de bacterias en los ocho tipos de cáncer estudiados (mama, cerebro, pulmón, piel, hueso, páncreas, ovario y colon) en cuatro países. Ya sabíamos en ese momento que ciertos tumores podrían ser un “nido” de microorganismos; después de todo, sabíamos desde hace mucho tiempo sobre el virus del papiloma humano y su papel en el cáncer de cuello uterino. Pero no esperábamos encontrarlas en tantos lugares y con tanta variedad: en total, 528 especies diferentes de bacterias, con una media de una célula bacteriana por cada 150 células cancerosas. Los cánceres de colon y de mama parecían ser los más “atractivos” para la bacteria.
En 2022, el mismo equipo anunció que también había observado células fúngicas en los ocho tipos de tumores, lo que agrega una capa adicional de complejidad a este microbioma.
La experiencia que tuvo este paciente de 71 años en 2019, y que dice esta semana científico nuevoconsistía en ingerir un líquido que contenía mil millones de bacterias Salmonella typhimurium. Pero las bacterias modificadas genéticamente desencadenan un ataque del sistema inmunitario del paciente contra sus células cancerosas, o más específicamente contra sus bacterias.
Este paciente continuaba con la quimioterapia al mismo tiempo, por lo que es imposible decir si la reducción del tamaño del tumor al 10 % del tamaño inicial se debe a la quimioterapia, a las bacterias oa una combinación de ambas. Sin embargo, después de esta respuesta prometedora, un equipo lanzó en 2020, en el Hospital General Judío de Montreal, un ensayo clínico fase 2 en el que participaron 20 pacientes con cáncer de páncreas en estadio 4. aprendimos en enero pasadoestos pacientes sobrevivieron 24 meses en lugar de los 11 meses de esperanza de vida que recibieron con la quimioterapia.
Estos nuevos casos se suman a la especulación : si las bacterias pueden contribuir al crecimiento de tumores, ¿no podrían usarse las bacterias “buenas” para combatir a las “malas”? Tales especulaciones incluso nos hacen soñar con una vacuna: si podemos diseñar una vacuna contra el virus del papiloma humano, ¿por qué no una que se dirija a un microbio específico? El próximo objetivo, según un equipo del Instituto de Investigación del Cáncer de la Columbia Británica, podría ser la bacteria Fusobacterium nucleatumcuyo papel en el desarrollo del cáncer de colon ha sido objeto de estudios estos últimos años.
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