“No soy juez electoral”, El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (“AMLO”) se justificó el lunes 9 de noviembre por no felicitar al candidato demócrata Joe Biden. Su anunciada victoria en las elecciones estadounidenses, sin embargo, significa el fin de los ataques verbales y otras amenazas del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los inmigrantes mexicanos. Esta moderación suscita críticas de los dos vecinos mientras que la alternancia política estadounidense luce favorable en México, pero quizás un poco menos para “AMLO”.
“Queremos tener cuidado y esperar a que el proceso electoral se calme legalmente (…) en nombre de la autodeterminación de los pueblos ”, Reiteró el lunes el “AMLO”, que tardó más de siete horas en reaccionar, dos días antes, al anuncio de la victoria de Biden, justificando un viaje a su estado natal, Tabasco, afectado por las inundaciones. Una actitud un tanto paradójica de esperar a ver en vista de las afinidades ideológicas entre Biden y el presidente mexicano de centroizquierda. Pero el regreso de un demócrata a la Casa Blanca presagia una agenda bilateral espinosa.
Cambio de retórica y política migratoria
Sin embargo, la mayoría de los analistas mexicanos se felicitaron por El sábado, un futuro cambio en la retórica de Washington a los más de 35 millones de mexicanos y mexicoamericanos en Estados Unidos, incluidos cinco millones de indocumentados. Durante mucho tiempo han sido víctimas del discurso xenófobo de Trump, que los llamó “Criminales” es de “Violadores” mientras que sus remesas garantizan la supervivencia de millones de familias pobres en México.
Biden prometió dejar de construir el muro a lo largo de la frontera entre los dos países. “Una pérdida de dinero”, según el presidente electo que promete reforma migratoria “Más justo”. En la cabeza, su preocupación por mejorar el lote “Inhumano” niños separados de sus padres indocumentados en centros de detención estadounidenses. Su victoria representa un soplo de aire fresco para los cientos de miles de “Dreamers”, estos jóvenes migrantes que llegaron de niños a Estados Unidos, cuyo estatus despectivo se vio amenazado. El demócrata también anunció el fin del programa “Quedate en México”, presentado por Trump, que obliga a 60.000 solicitantes de asilo en Estados Unidos a esperar en México a que sus trámites sean procesados por la justicia estadounidense.
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