El tiempo parece fluir cinco veces más lento en el universo primitivo, según un estudio científico, que por primera vez utiliza objetos cósmicos extraordinariamente brillantes, los cuásares, para confirmar este extraño fenómeno.
La teoría de la relatividad propuesta por Albert Einstein predice que, debido a la expansión del Universo, “uno debería observar el Universo distante creciendo a cámara lenta”, explica Geraint Lewis, astrofísico de la Universidad de Sydney y primer autor del estudio publicado este martes. Lunes- feria en Astronomía de la Naturaleza.
Un estudio basado en cuásares de agujeros negros supermasivos
Los investigadores utilizaron la observación de estrellas que terminaron sus vidas en explosiones, supernovas, para mostrar que el tiempo parecía pasar el doble de lento cuando el Universo tenía la mitad de su edad actual, que es de 13.800 millones de años.
El nuevo estudio utiliza cuásares, que son incomparablemente más brillantes, para retroceder hasta mil millones de años después del nacimiento del Universo. El tiempo parece fluir cinco veces más lento allí, según el estudio.
“Todo parece estar funcionando en cámara lenta” para el observador moderno, según el profesor Geraint Lewis, pero “si pudiera transportarte mágicamente diez mil millones de años atrás para dejarte cerca de uno de estos cuásares y mirar tu cronómetro, todo parecería normal, explicó. Un segundo sería un segundo.»
Para medir el fenómeno, llamado dilatación del tiempo cosmológico, el profesor Geraint Lewis y el estadístico de la Universidad de Nueva Zelanda en Auckland, Brendon Brewer, analizaron datos de 190 cuásares, recopilados durante veinte años.
Los cuásares, núcleos galácticos con un agujero negro supermasivo en el centro, se consideran los objetos más brillantes y energéticos del cosmos. Lo que los convierte en “faros muy prácticos para cartografiar el Universo”, según Geraint Lewis.
Avances estadísticos recientes para lograr estos resultados
La dificultad era convertirlos en relojes cósmicos tan fáciles de usar como supernovas. Este último proporciona una señal única pero fiable a lo largo del tiempo.
Para los cuásares, los investigadores lograron su objetivo gracias a una gran cantidad de datos y al progreso reciente en la comprensión estadística de eventos aleatorios.
En este caso, los investigadores pudieron interpretar los múltiples golpes que ocurren cuando el agujero negro del cuásar absorbe materia.
El profesor Lewis ha comparado esto con un espectáculo de fuegos artificiales, en el que los chorros grandes parecen explotar al azar, pero los elementos “brillan y luego desaparecen” en un período de tiempo definido y regular.
“Einstein tiene razón otra vez”
“Hemos desarmado este espectáculo de fuegos artificiales y demostrado que los cuásares también se pueden usar como faros del universo primitivo”, dijo. Y así demostró que “Einstein tiene razón una vez más”.
Los intentos anteriores de usar cuásares para medir la teoría cosmológica de la dilatación del tiempo han fallado, lo que ha dado como resultado “indicios extraños”. Por lo tanto, los cuásares no eran objetos tan distantes como se observó.
El nuevo estudio “pone las cosas en su lugar”, demostrando que estos objetos también obedecen las leyes del Universo.
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