MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Los camellos han desarrollado un enfoque aparentemente contradictorio para mantenerse frescos mientras conservan el agua en un ambiente desértico: tienen una capa gruesa de piel aislante.
Aplicando esencialmente el mismo enfoque, los investigadores del MIT han desarrollado un sistema que puede ayudar a mantener fríos productos como productos farmacéuticos o productos frescos en ambientes cálidos, sin la necesidad de una fuente de energía.
La mayoría de la gente no pensaría en usar un abrigo de camello en un día caluroso de verano, pero de hecho, muchas personas que viven en el desierto tienden a usar abrigos gruesos, esencialmente por la misma razón. Resulta que el abrigo de un camello, o la ropa de una persona, puede ayudar a reducir la pérdida de humedad mientras permite que se evapore suficiente sudor para proporcionar un efecto refrescante.
Las pruebas han demostrado que un camello afeitado pierde un 50% más de humedad que uno sin afeitar en condiciones idénticas, dicen los investigadores.
El nuevo sistema desarrollado por los ingenieros del MIT utiliza un material de dos capas para lograr un efecto similar. La capa inferior del material, que reemplaza las glándulas sudoríparas, consiste en hidrogel, una sustancia gelatinosa que consiste principalmente en agua, contenida en una matriz esponjosa de la cual el agua puede evaporarse fácilmente.
Luego, se cubre con una capa superior de aerogel, que desempeña el papel de piel, manteniendo el calor externo en el exterior, al tiempo que permite el paso del vapor.
Los hidrogeles ya se utilizan para algunas aplicaciones de enfriamiento, pero las pruebas de campo y los análisis detallados han demostrado que este nuevo material de dos capas, de menos de 1,5 centímetros de espesor, puede proporcionar un enfriamiento de más de 7 grados Celsius. cinco veces más que el hidrogel solo: más de ocho días versus menos de dos.
Los resultados se presentan en un artículo de la revista Joule.
El sistema, dicen los investigadores, podría usarse para el envasado de alimentos para preservar la frescura y abrir más opciones de distribución para que los agricultores vendan sus productos perecederos. También puede permitir que los medicamentos, como las vacunas, se almacenen de forma segura mientras se entregan a lugares remotos. Además de proporcionar refrigeración, el sistema pasivo, alimentado exclusivamente por calor, puede reducir las variaciones de temperatura que sufren las mercancías, eliminando picos que pueden acelerar su desgaste.
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