” Durante años, resume la revista E&E News (“Medio Ambiente y Energía”), países [insulaires] planteó el tema con poco éxito, ya que el aumento del nivel del mar erosionó sus costas. Ahora se están volviendo cada vez más desafiantes en las negociaciones. »
El tema de la compensación por “pérdidas y daños” ha sido un tema planteado en las conferencias sobre cambio climático de las Naciones Unidas, o COP, durante varios años. Más recientemente, se ha convertido en un tema prioritario, y se esperaba llegar a un acuerdo en la COP27, que tendrá lugar en Egipto a partir del 7 de noviembre. Pero la reunión de Bonn los días 15 y 16 de junioque se utiliza para preparar la COP, terminó sin soluciones concretas.
Y no son solo los estados insulares los que se ven afectados: países como Bangladesh están a la vanguardia de los impactos más severos, a pesar de que son los que menos han contribuido a las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Pero son los estados insulares los que, en parte gracias a su número (la Asociación de Pequeños Estados Insulares comprende 39 de ellos), lograron unirse y forzar algunos avances: les debemos, en 2013, un acuerdo formal (el Mecanismo de Varsovia) sobre el principio de indemnización de daños y perjuicios; sin embargo, en 2015, Estados Unidos probó la adición de una cláusula al Acuerdo de París que estipula que este principio no debe utilizarse como base para futuros procedimientos legales. este candado todavía continúa hoy. En la COP26 en Glasgow en noviembre pasado, solo se acordó una serie de “diálogos” de tres años.
A principios de este mes, antes de la reunión en Bonn, un grupo de 50 países llamados “vulnerables” (Foro de Vulnerabilidad Climática) al cambio climático publicó un informe estimando que ya las pérdidas vinculadas al clima y los desastres naturales en los últimos 20 años han provocado que estos países pierdan el 20% de su crecimiento económico. Al mismo tiempo, un informe de Oxfam estima que las necesidades financieras humanitarias vinculadas a los desastres climáticos habrían aumentado de poco más de mil quinientos millones en 2002 a 15 500 millones de dólares estadounidenses en 2021. Es en este contexto que vemos a estos países vulnerables cara cada vez más comúncon otros países, con miras a la COP27.
Sin mencionar el hecho de que el dinero que se destinaría a la “compensación” (pérdida de una costa o arrecife de coral, disminución de la pesca o la agricultura) no debe ser confundido con el dinero prometido para la “adaptación”: el famoso Fondo Verde que los países ricos se comprometieron hace una década a aportar a razón de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020, meta que se ha pospuesto por el momento a 2023.
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