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Pese al cálido inicio de la visita, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien este lunes recibió a su homólogo estadounidense, Joe Biden, en la Ciudad de México, lo instó a terminar con el «desdén por América Latina y el Caribe».
Joe Biden y su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador (“Amlo”) quisieron mostrar una relación cordial este lunes 9 de enero durante una citas en mexicopero las tensiones entre los dos grandes vecinos y socios estratégicos no se han disipado.
Surgieron al inicio de un encuentro bilateral entre ambas delegaciones, cuando el mandatario mexicano pidió a su homólogo estadounidense poner fin al «desprecio por América Latina y el Caribe». “Presidente Biden, usted tiene la llave para abrir y mejorar sustancialmente las relaciones entre todos los países del continente americano”, dijo en su discurso inaugural, ante la presencia de la prensa.
Como herido, Joe Biden se mostró entusiasta al señalar que Estados Unidos había gastado “decenas de miles de millones de dólares” en el continente en quince años. “Lamentablemente, nuestra responsabilidad no se detiene en el continente americano. También existe en Europa Central, Asia, África (…) Me gustaría que tuviéramos una sola prioridad. Pero tenemos varias”, agregó.
Cumbre «Tres Amigos»
Esto contrasta con el inicio más cálido de la visita del presidente estadounidense, quien llegó para participar en la llamada cumbre de los «tres amigos» a la que asistirá el martes el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien también llegó a Ciudad de México.
El lunes, el sonriente Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador intercambiaron un cálido apretón de manos durante una ceremonia de bienvenida en Palacio Nacional, sede de la presidencia. Se unieron a sus esposas Jill Biden y Beatriz Gutiérrez en un gran abrazo.
Lo que hace pensar que el desapego de junio pasado, cuando el presidente mexicano evitó una cumbre organizada en Los Ángeles, se ha disipado. Pero las palabras de los dos Jefes de Estado subrayan que hay una serie de temas sensibles para ambos países.
30.000 inmigrantes
Empezando por la inmigración. El presidente estadounidense viajó el domingo a la frontera con México, donde los migrantes llegan desde hace varios meses en cifras récord. El demócrata de 80 años sabe que necesitará la cooperación de México, que se ha comprometido a recibir hasta 30.000 inmigrantes ilegales deportados cada mes. Con su homólogo mexicano discutieron, según la Casa Blanca, cómo tener un enfoque «innovador» de la inmigración ilegal y prometieron atacar las «raíces» del fenómeno en los países de origen.
Durante el encuentro, los dos jefes de Estado expresaron también su deseo de «aumentar su cooperación» en la lucha contra el narcotráfico y, en particular, contra el fentanilo, un poderoso opiáceo que está causando estragos en Estados Unidos. Los dos países quieren trabajar juntos para «enjuiciar a los traficantes», «interrumpir» el suministro de productos químicos necesarios para producir fentanilo y «cerrar laboratorios», según un comunicado de la Casa Blanca publicado después de la reunión.
Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, según la misma fuente, “reafirmaron su compromiso” en el marco del tratado de libre comercio que une a sus dos países, además de Canadá. El lunes terminó con una cena con Justin Trudeau y las esposas de los tres líderes. El martes, Joe Biden y el primer ministro canadiense sostendrán una reunión bilateral, en la que se discutirá el posible envío de una fuerza internacional a Haití. Luego tendrá lugar la propia “cumbre de los tres amigos”, que Joe Biden relanzó en la Casa Blanca en 2021, tras un paréntesis de cinco años. Se espera que los intercambios del martes le den protagonismo a los temas económicos.
Los «tres amigos», sin embargo, no ignoraron la situación en Brasil: su primer gesto el lunes fue la publicación de un comunicado conjunto condenando los «ataques» de los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro contra lugares de poder en Brasilia. Joe Biden también anunció, al margen de sus reuniones en México, que recibiría al presidente Lula de Brasil en Washington a principios de febrero.
Con AFP
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