Un taller titulado “Pensar en la era de Internet” se llevó a cabo junto con la Semana de la ciencia UM6P. Ph. Sradni
Existe una enorme cantidad de desinformación circulando en Internet. Para separar lo falso de lo real, los usuarios deben ser entrenados desde el principio para armarse de dudas y hacer las preguntas correctas. Solo así Internet podrá cumplir una de sus principales misiones: ayudar a las personas a pensar mejor.
¿Internet te permite pensar mejor? A priori sí, según Rachid Guerraoui, profesor de la Escuela Politécnica Federal de Lausana. Internet puede ser una gran herramienta para pensar y aprender, explica durante el taller “Pensando en la era de Internet”, organizado durante la Semana de la Ciencia, que tuvo lugar del 1 al 7 de noviembre en Benguerir.
Esta herramienta da acceso a plataformas cargadas de conocimiento como YouTube. Hay personas que están muy avanzadas en temas muy concretos y que tienen la capacidad de explicarlos con una sencillez desconcertante. Pero esta herramienta “también está llena de charlatanes” que pretenden dar información veraz y que, además, cobran por ella, advierte Guerraoui. Es así como abundan varios millones de videos en Internet y tienen la capacidad de hacernos creerlos fácilmente.
Para distinguir lo verdadero de lo falso en este universo, Guerraoui introduce la noción de un ciudadano de Internet capacitado para hacer esta distinción y juzgar la relevancia de la información que se encuentra en la web. Pero, ¿cómo se forma a un ciudadano en Internet? Si bien muchas personas creen que los jóvenes deben mantenerse alejados de Internet, Guerraoui cree que se les debe enseñar a leer en línea en la escuela. “Debemos enseñarles a armarse de dudas cuando investigan en Internet”, explica. Porque una cierta cantidad de duda nos permite reflexionar y dar, por ejemplo, más credibilidad a la información que proviene de organizaciones preocupadas por su imagen de marca que a la que transmite un individuo dudoso.
Además, los gigantes de Internet (Google, YouTube, etc.) que pagan por los videos más vistos sin verificar realmente el contenido y la veracidad de la información contenida en todos sus videos, plantean un serio problema. Cómo hacer un cortocircuito en este círculo vicioso, se pregunta Guerraoui. Un desafío tecnológico que rápidamente se convirtió en objeto de investigación académica en varios países. La idea es crear una tecnología que permita la certificación de contenidos para garantizar su veracidad o exactitud.
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