El efecto de los viajes espaciales en el cerebro… Según un estudio publicado en Biología de las Comunicaciones, el cerebro humano sometido a microgravedad prolongada sufre cambios funcionales. Además, estos últimos permanecen varios meses después de un regreso a la Tierra. Científicos de las Universidades de Amberes y Lieja en Bélgica llevaron a cabo este estudio. Preparará a los astronautas para largas misiones espaciales.
La microgravedad afecta al cerebro humano durante los viajes espaciales
Los astrónomos saben que los viajes espaciales alteran el funcionamiento del cuerpo humano. Expuestos a la microgravedad, los cuerpos de los astronautas inevitablemente sufren ciertos cambios y se adaptan. El espacio afecta el funcionamiento del corazón y los vasos sanguíneos. Además, altera el sistema inmunológico. Tras una misión de más o menos larga duración, los astronautas sufren una pérdida de masa ósea y atrofia muscular. Para convencerse de esto, basta mirar las imágenes de los astronautas que regresan a la Tierra. ¡La mayoría no puede estar de pie por un tiempo!
Pero las perspectivas de misiones espaciales tripuladas de larga duración también requieren un conocimiento detallado de cómo la microgravedad afecta al cerebro humano. Investigadores de la Universidad de Lieja y sus colegas de la Universidad de Amberes acaban de descubrir que el cerebro humano cambia y se adapta durante un viaje de al menos 6 meses en el espacio.
Allí estación Espacial Internacional (ISS) es una estación espacial en órbita terrestre baja a poco más de 400 kilómetros sobre el nivel del mar. Ha funcionado durante varios años. La ISS muestra unas medidas increíbles: 110 m de largo, 74 m de ancho, 30 m de alto para una masa de más de 400 toneladas. Es sin duda el objeto humano más grande en órbita alrededor de la Tierra. Está destinado a la investigación científica en el entorno espacial. Para ello, acoge permanentemente a una tripulación internacional para misiones de varios meses.
Los investigadores están interesados en entornos espaciales como la ISS. Así, acaban de descubrir que tras una misión de 6 meses, la organización del cerebro de los astronautas se modifica.
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Cambios que duran mucho después de regresar a la Tierra
Las dos universidades realizaron conjuntamente esta investigación. Este estudio forma parte del proyecto científico BRAIN-DTI de la ESA (Agencia Espacial Europea). El objetivo es estudiar cómo los astronautas se adaptan al estrés de la vida en el espacio.
Para el estudio, los investigadores trabajaron con 14 astronautas. Analizaron datos de imágenes de resonancia magnética (IRM). Compararon los resultados obtenidos antes y después de una misión de larga duración en el espacio.
Los investigadores utilizaron primero una técnica de resonancia magnética más específica. Eso es resonancia magnética funcional (fMRI) que analiza los cerebros de los astronautas en estado de reposo. Gracias a esta técnica, los investigadores pudieron estudiar el estado predeterminado del cerebro. fMRI es una variante de MRI. Esta técnica le permite visualizar la actividad cerebral indirectamente. El principio de esta imagen se basa en el registro de variaciones hemodinámicas (variaciones en las propiedades físicas del flujo sanguíneo) en ciertas regiones del cerebro cuando son estimuladas.
Los investigadores encontraron una conectividad funcional deteriorada. Es la actividad cerebral intrínseca que refleja los estados emocionales y de comportamiento de una persona después de una estancia en el espacio. Esta alteración se localiza en las regiones del cerebro que favorecen la integración de diferente información visual, auditiva y relacionada con el movimiento.
Los científicos también notaron que algunos cambios en el cerebro volvieron rápidamente a la normalidad después de que los astronautas regresaron a la Tierra. Otros, en cambio, se quedaron hasta ocho meses después de finalizada la misión espacial.
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Preparando a los astronautas para un largo viaje espacial
Los investigadores creen que los cambios cerebrales retenidos durante varios meses están relacionados con un efecto de aprendizaje. En cambio, los que son transitorios indican más bien un fenómeno de rápida adaptación a determinadas situaciones.
Estos resultados son importantes para considerar viajes de varios meses al espacio y para planificar futuras exploraciones espaciales. La NASA ya inició esta nueva aventura espacial hace unos meses. La agencia llevó a cabo el lanzamiento del Artemis I a pesar de algunos problemas meteorológicos y técnicos que en varias ocasiones provocaron el aplazamiento del despegue. El objetivo de esta primera misión exitosa del programa artemisa fue probar las capacidades del lanzador masivo SLS (Space Launch System) y la cápsula Orion. Seguirá Artemis II y su objetivo será colocar una tripulación de astronautas en órbita alrededor de la luna y regresar a salvo a la Tierra. Finalmente, se espera que Artemis III lleve a los primeros humanos en 50 años a la luna alrededor de 2025.
La misión Artemis III debería ser solo el comienzo de otras largas estancias en la Luna para estudiarla. También servirán para preparar y desarrollar tecnologías esenciales para misiones tripuladas a otro objetivo que siempre ha hecho soñar al hombre, ¡Marte!
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