Aquí hay pequeños robots autónomos que están revolucionando la observación global de los océanos. Estos “flotadores de perfil” miden la temperatura de la superficie y la salinidad hasta 2.000 metros de profundidad en todos los océanos. Lanzado a principios de la década de 2000, el Programa internacional Argo, que agrupa a alrededor de 30 países, mantiene 4.000 de estos robots autónomos en funcionamiento en todos los océanos del mundo.
La observación en tiempo real e in situ de los océanos del mundo es un complemento esencial de las mediciones satelitales para observar, comprender y predecir el cambio climático y caracterizar el impacto del cambio climático en las propiedades fisicoquímicas del océano y los ecosistemas marinos.
Durante más de 5 años, los flotadores repiten incansablemente su ciclo de 10 días: se sumergen a una profundidad de 1000 metros donde flotan con las corrientes durante aproximadamente 9 días, luego se sumergen a 2000 metros y comienzan a subir a la superficie durante ese tiempo. adquieren datos de temperatura y salinidad. Una vez en la superficie, los flotadores transmiten sus datos vía satélite a uno de los once centros de procesamiento de datos en tierra de Argo. En menos de 24 horas, los datos se decodifican y verifican según procedimientos comunes a todos los centros y gratis y gratis para todos. El conjunto de datos completo se almacena en dos centros de datos globales ubicados en Francia y Estados Unidos.
Desde el primer prototipo de flotadores desarrollado en la década de 1990, el progreso tecnológico ha permitido aumentar la vida útil de los flotadores y sus capacidades de medición. Los flotadores de Argo ahora pueden ir a más de 2.000 metros (hasta 6.000 metros) y pasar por debajo del hielo. Pueden monitorear no solo el estado físico del océano, sino también los parámetros relacionados con la vida y los ecosistemas: oxígeno, acidez, contenido de clorofila en particular.
La mayor parte del calor del calentamiento global se almacena profundamente
Una de las principales contribuciones de Argo es estimar el almacenamiento oceánico del exceso de calor en el planeta Tierra causado por las actividades humanas. Estos datos, combinados con datos de otros programas, mostraron que más del 90% de este exceso de calor se almacena en el océano. De hecho, solo un pequeño porcentaje del calor producido por el calentamiento global afecta la temperatura de la atmósfera y derrite el hielo marino y los glaciares en la superficie: la mayor parte del calor se almacena en las profundidades.
Este calentamiento de las profundidades oceánicas induce la dilatación del agua, que contribuye con el 40% del aumento del nivel del mar; el 60% restante proviene de la transferencia de agua de la tierra al océano, principalmente debido al derretimiento del hielo terrestre.
Concebido hace más de 20 años por investigadores visionarios, el programa Argo es ahora una realidad que ha revolucionado la observación de los océanos. El desafío para los próximos años es perpetuar esta red de observación, que brinda información valiosa sobre el océano y su capacidad para moderar los efectos del cambio climático, minimizando el impacto ecológico de estos instrumentos.
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