3 descubrimientos del ornitorrinco: ciencia y visión

Ya consideramos a este antiguo mamífero como una curiosidad de la naturaleza: anatomía improbable, reproducción ovípara, leche con propiedades antimicrobianas … Una serie de descubrimientos, tanto genéticos como empíricos, revelan nuevas excentricidades.

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1. Cromosomas sexuales en anillo

Según la secuenciación genómica más reciente, publicada recientemente en la revista Nature, los diez cromosomas sexuales del ornitorrinco, la primera excentricidad, se combinan para formar, en ciertas células, una cadena en «zigzag», cuya forma ancestral era la misma circular. Esta es la primera vez que se reporta una estructura de anillo cromosómico en un animal, sorprendió Linda Shearwin, bióloga de la Universidad de Adelaide (Australia) y coautora del estudio. Los investigadores aún no saben si afectó la reproducción de la especie, pero creen que pudo haber sido una «trampa evolutiva» para complicar la formación de gametos.

2. Una combinación genética única

El genoma del ornitorrinco se parece más al de los reptiles y las aves que al de los mamíferos. Mantuvo un solo gen responsable de la formación del huevo, ¡y eso es suficiente para que él ponga huevos! La yema de huevo estará poco desarrollada, pero dado que también beneficia a los genes clave de la lactancia, la leche materna proporcionará las proteínas que faltan. Además, tiene solo la mitad de los genes para el desarrollo de los dientes, de ahí las placas córneas que funcionan como los dientes.

3. Un revestimiento fluorescente

Al igual que la ardilla voladora y algunas mofetas, el ornitorrinco es uno de los pocos mamíferos que se vuelve biofluorescente bajo la luz ultravioleta. Con la disminución de la luminosidad, que amplifica los rayos ultravioleta, su pelaje se adorna con una fluorescencia verde azulada: realmente absorbe ondas cortas de luz (como la UV) y reemite ondas más largas, que se pueden ver bajo otros matices. Una adaptación evolutiva a la vida nocturna que serviría para camuflarse. Porque si el animal parece brillar en la oscuridad ante nuestros ojos, no es el caso de los depredadores nocturnos sensibles a los rayos ultravioleta, que solo perciben longitudes de onda cortas.

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