La música es un lenguaje universal. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores entrevistaron a más de 350.000 personas en más de 50 países. Les pidieron que calificaran sus preferencias entre 23 géneros musicales y completaran una prueba de personalidad. Resulta que los amantes de un mismo estilo musical comparten rasgos de carácter comunes, independientemente de su nacionalidad.
un lenguaje universal
A los extrovertidos les suele gustar la misma música, ya sea que vivan en Francia, India o Australia. ¿Eres fan de Ed Sheeran, y más particularmente de su single “Shivers”? Eres a priori parte de personalidades extrovertidas. Por otro lado, si prefieres “Shallow” de Bradley Cooper y Lady Gaga, eres una persona particularmente agradable con quien estar. Y eso, sea cual sea tu edad, tu nivel de estudios o el país donde vivas.
Los investigadores han descubierto que las personalidades extrovertidas prefieren la música rítmica como electro, dance, rap o melodías latinas. Las personas sociables y concienzudas aprecian más que otras las melodías suaves y acústicas que se encuentran en el folk y el rock romántico. Los aficionados al jazz, la música clásica o el rock antiguo suelen ser curiosos y de mente abierta.
“Nos sorprendió la cantidad de estos patrones entre la música y la personalidad que se reproducen en todo el mundo. Las personas pueden dividirse por geografía, idioma y cultura, pero si a un introvertido en una parte del mundo le gusta la misma música que a los introvertidos en otra, eso sugiere que la música puede ser un vínculo muy poderoso. La música ayuda a las personas a entenderse y encontrar puntos en común”, dijo el Dr. David Greenberg, neurocientífico y uno de los autores del estudio.
Sin embargo, los investigadores notaron que el caso de las personas con trastornos neuróticos es más sutil. Tienden a recurrir a la música triste para expresar su soledad o a la música más alegre para cambiar su estado de ánimo. En general, parecen preferir estilos musicales más intensos como el metal, el punk rock o el rock clásico. Se harían eco de sus ansiedades y frustraciones internas.
Si la personalidad humana no se limita a un rasgo principal del carácter, este estudio es un primer paso hacia la comprensión de los factores biológicos y culturales que influyen en nuestras preferencias musicales. También muestra cómo la música puede ayudar a superar las divisiones sociales. El Dr. Greenberg ya hace esto durante los talleres de mediación que organizan en Jerusalén entre israelíes y palestinos.
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